José Eduardo Ravelo

Salió en busca de un empleo, pero policías lo detuvieron por parecer “sospechoso”

El féretro estaba en la “Sala 1” de la funeraria “Nieves”. Doña María frente al ataúd llorando, en el hombro de una persona que la acompañaba, la muerte de su hijo, un joven veracruzano que viajó a Yucatán hace cuatro meses buscando mejores condiciones de vida, pero encontró la muerte en manos, presuntamente, de policías municipales de la capital yucateca.

“Le hicieron tanto daño, que sus órganos colapsaron y eso lo llevó a la muerte”, acusa María Ravelo Echevarría, madre del José Eduardo Ravelo Echavarría, cuya causa de muerte, según el acta de defunción, fue “síndrome de disfunción orgánica múltiple y politraumatismo”, ocasionado, al parecer, por la violencia que el joven sufrió en manos de los agentes.

Aunque no estaba acompañada de ningún familiar consanguíneo, la mujer no estaba sola, pues desde que su caso comenzó a sonar en redes sociales, mucha gente se unió a su causa para apoyarle con recursos económicos y hasta hubo personas que, sin conocer al difunto, acudieron a la funeraria para rezar por su alma.

Frente a los medios de comunicación, la doña Mari reclamó justicia y exigió a las autoridades estatales y municipales aclarar la muerte del muchacho de 23 años de edad, quien, de acuerdo con lo que él mismo le relató a su mamá días antes de morir, fue detenido, torturado y violado por elementos de la Policía Municipal de Mérida el pasado 21 de julio.

Entre sollozos por el dolor de una madre que acaba de perder a su hijo, la mujer recordó que su muchacho le llamó al día siguiente, ella estaba en Veracruz, y escuchó con asombro, dolor e impotencia todo lo que su hijo sufrió en manos de los uniformados. “Primero lo violaron en la patrulla, lo golpearon, y después lo violaron en la cárcel.

 Él me dijo que fueron varios policías”, señala la mujer, quien juntó dinero con la ayuda de sus familiares y viajó desde el municipio Isla Veracruz a Mérida para apoyar al más chico de sus tres hijos.

“Yo llegué el sábado 24. Lo vi y le dije que vayamos a la Fiscalía a denunciar.”

Después lo pasaron con el médico legista y ahí le dijeron que estaba grave, que había que llevarlo al hospital para internarlo”, así es como la señora llevó a José Eduardo al hospital O’Horán, donde finalmente murió.

El cuerpo fue entregado a la madre de familia, quien con el apoyo de varias personas, pudo velar a José Eduardo en la mencionada funeraria que se ubica en el Municipio de Kanasín.

Ahí explicó que la Fiscalía General del Estado ya investiga estos hechos como un homicidio

Señaló que las autoridades ya tendrían en su poder dos vídeos, uno en el que se ve a los uniformados abordar al muchacho a una unidad de la Policía Municipal de Mérida, después de detenerlo por parecerles “sospechoso”, y otro donde se escuchan gritos que provienen de una de las celdas de la cárcel pública en las instalaciones de la dirección de seguridad que pertenece al Ayuntamiento de Mérida.

Doña María, como ya se dijo, exigió a las autoridades justicia para su hijo. Reclamó a las autoridades lo que pasó y señaló que en el País se ve a Yucatán como una ciudad segura, pero consideró que esto no es cierto, pues tristemente su vástago perdió la vida en manos de las autoridades. La mujer también denunció a médicos del hospital O’Horán por negligencia, pues, dijo, su hijo no fue internado en el hospital sino hasta que la Fiscalía General del Estado envió un dictamen médico y apoyó a la mujer con una ambulancia para el traslado del muchacho a la clínica.

En Yucatán este hecho no es aislado, el año pasado se supo de, al menos, tres casos de personas que habrían perdido la vida en manos de policías, pero solo en uno de los casos se señaló a presuntos responsables, los cuales permanecen en prisión vinculados a proceso.

Uno de los casos fue el de Gaspar Sulub Cimé, en febrero, quien murió en una unidad de la SSP luego de ser detenido en Progreso, Yucatán. En el mes de octubre se supo de la muerte de José Santiago Medina Naal, quien fue detenido en la colonia Mulsay por presuntamente tocarle un glúteo a una mujer.

El hombre, quien padecía de sus facultades mentales, a pareció muerto al día siguiente en un charco de agua en la carretera Hunucmá-Sisal. El tercer caso fue el de Salvador Osmar López Manzanilla, quien perdió la vida en manos de agentes estatales luego de ser detenido en la carretera Progreso-Chicxulub, presuntamente con droga.

Por este último hecho, cuatro policías estatales fueron vinculados a procesos en el mismo mes de noviembre y hasta ahora, permanecen en prisión; esta información resulta relevante, ya que de los tres casos mencionados sólo el último fue considerado como un homicidio a pesar de que tenían una cosa en común que es la causa de muerte: “asfixia mecánica por oclusión de vías aéreas” o también llamado “bronco aspiración”.

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