Trabajadores de Servilimpia se manifestaron este miércoles en las puertas del Ayuntamiento para pedir una revisión en los pagos de sus prestaciones
Se trata de rabajadores de diversas áreas de Servilimpia quienes protestaron frente al Palacio Municipal de Mérida en busca de una platica con el alcalde Renán Barrera Concha para denunciar un posible desvío de recursos por parte de Víctor Rodríguez Rivas, actual director de su empresa.
Indicaron que la administración les retiene pagos como IMSS, Infonavit, Fonacot y pagos correspondientes del SAT, pero resulta que ese dinero no llega a ninguna de esas dependencias, al grado que muchos de ellos tienen ya problemas con el Infonavit y están cerca de perder sus casas, a otros que se han enfermado de Covid les han negado la atención en el IMSS y la empresa debe 16 millones de pesos al SAT, por lo que ha estado recibiendo notificaciones para el pago o la empresa perderá, de nuevo, el sello fiscal que les permite facturar.
Ya habían tenido el problema el año pasado
“Sería la segunda vez, ya pasó el año pasado y se pusieron al día para que les regresen el sello fiscal”, dijo uno de los empleados.
Indicaron que el director hace todo lo contrario a lo que promueve el alcalde con respecto a la austeridad, pues se ha comprado un auto y una motocicleta de lujo, que entre los dos tienen valor de poco más de un millón de pesos.
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La gota que derramó el vaso fue que el pasado viernes muchos de ellos recibieron, de nueva cuenta, 100 pesos de sueldo, por lo que decidieron ponerle un alto a la situación entablando una platica con el alcalde, pero no los han recibido.
Explicaron que no es la primera vez que reciben un sueldo bajo y al pedir una aclaración el director les dice que les va a “ayudar”, habla con el contador y les dan entre 1000 y 2000 pesos, pero están cansados de tener que “rogar” por lo que les corresponde por derecho, pues es su sueldo.
“El dice que no hay dinero y que no habrá para el resto de la administración, pero ya nos comprobaron que el Ayuntamiento deposita poco más de un millón de pesos de subcidio, más lo que se cobra por el servicio son poco más de cinco millones de pesos mensuales, ¿A dónde se está yendo ese dinero?”, se preguntó uno de los trabajadores.
Lo único que pedimos, coincidieron, es que se resuelva esta situación que jamás había pasado, dijo una mujer con 14 años en la empresa.
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