Don Heriberto, vive en Mérida; con casi 70 años sigue trabajando para su sustento; no tiene ahorros cuantiosos, ni nada que pudiera ostentar, lo que si tiene es muy buena voluntad; por ello no miró las consecuencias de haberse confiado y firmó un pagaré en blanco; situación que se ha convertido en una pesadilla.

Acudió a la redacción a contarnos su caso, y con ello poder alertar a las personas de Mérida o de otros lugares; sobre este modus operandi de unos vivales que tal vez andan por ahí estafando a más de uno.

Sucede que su hija compró un mueble, de esos en abonos que llevan a la puerta de tu casa; pero para ello debía tener un aval; su padre la respaldó y desgraciadamente firmó un pagaré en blanco, que en realidad debió haber sido firmado por la cantidad total del mueble adquirido.

El cobrador iba cada semana a pedir el pago; y entregaba estos recibos “hechizos” como comprobante, que no tienen dirección, solamente un número de teléfono que ni parece local; de pronto un día, no fueron más a cobrar.

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La hija de Don Heriberto, llamó al número que aparece en los recibos, pero no obtuvo respuesta; el tiempo transcurrió y cuando casi se habían olvidado del asunto; llegó a ellos un requerimiento legal por 400 mil pesos; así como lo leen, una cantidad exorbitante que le habían puesto en el pagaré en blanco.

Este ha sido el mueble más caro de la historia; lo peor de todo es que la única propiedad con la que cuenta, su patrimonio está en riesgo con una orden de embargo.

Ahora está tratando con muchos esfuerzos de esclarecer este asunto, levantando sus denuncias, y yendo de acá para allá en todo el trámite y papeleo, pero no le aseguran hasta ahora, que pueda resultar a su favor.