Ya intervino la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en la inconformidad de un grupo de mujeres de Molas que recibieron préstamos que ahora no pueden pagar. Un representante de esa dependencia acudió a Molas y permaneció largo tiempo en una casa identificada como “oficina de una financiera”.

La enchilada es porque los representantes de esas “financieras” engancharon créditos a numerosas personas, principalmente mujeres, quienes no se habrían percatado de los altos intereses que convirtió el adeudo en una “impagable”.

Dicen que con métodos no “legales”, las “financieras” quieren recuperar su dinero, por ejemplo, con “secuestrar” a los deudores, quitarles diversos artículos electrodomésticos, etc.

La población ha estado tensa en espera que lleguen representantes de las “financieras” a quienes “sacarían del pueblo” con piedras y palos de por medio.