Aproximadamente 35 mil personas dieron el último adiós al cantante mexicano José José en diversos puntos de la capital del país, por donde transitó la carroza fúnebre con sus cenizas y se le rindió el homenaje y despedida.

De acuerdo con datos preliminares del gobierno de Ciudad de México, a lo largo del Eje Central Lázaro Cárdenas, entre Viaducto y Avenida Juárez, se reunieron unas cuatro mil personas para despedir al llamado “Príncipe de la canción”.

En tanto, en el Palacio de Bellas Artes, donde se le rindió un homenaje póstumo con presencia de su familia, miembros de la farándula y funcionarios como la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que montó una guardia de honor, se presentó el mayor aforo con al menos 15 mil personas.

En la Calzada de los Misterios, que recorrió el cortejo fúnebre para llegar a la Basílica de Guadalupe, unas siete mil personas presenciaron el paso de la carroza, donde llevaron el féretro con las cenizas del cantante hasta el santuario Mariano.

En ese recinto al menos tres mil personas acudieron a participar de la ceremonia religiosa en este último adiós a José José, mientras que en el Parque de la China, en Azcapotzalco, casi seis mil personas también despidieron al intérprete.

“De esta manera se cumplieron los deseos de mi padre, gracias por el apoyo, por el momento dejémoslo descansar en paz, pero aún faltan muchas cosas por saber”, fueron las palabras de José Joel en la despedida a su papá en el Panteón Francés.

Entre lágrimas de dolor por su partida y de alegría por tener, por fin, la oportunidad de despedirlo, miles de fanáticos dieron el adiós y reclamaron como patrimonio nacional a José José desde la capital mexicana, a donde llegaron la mitad de las cenizas del cantante.

“Sí se pudo” y “José José es de México” fueron las consignas más populares entre sus admiradores, quienes siguieron el recorrido oficial del artista, que comenzó con un homenaje en el insigne Palacio de Bellas Artes, incluyó una misa en la Basílica de Guadalupe y un concierto en la colonia Clavería, donde vivió, para finalmente llegar al Panteón Francés.

Fanáticos entrevistados relataron que acompañaron el féretro del cantante desde su llegada al Palacio de Bellas Artes, reservado para honrar a las más destacadas personalidades mexicanas, y que seguirían el recorrido hasta que cerraran las puertas del Panteón Francés.

Los seguidores de José José, como el profesor de mariachi Erick Castro, argumentaron que “los mexicanos merecían este homenaje” por la influencia que el intérprete ha tenido en varias generaciones.

“Es una gran pérdida. Un gran cantante. La mejor voz que ha tenido México. Lo admiran los mismos cantantes de música mexicana. Lo admiramos inmensamente. Es una pérdida sensible”, manifestó Castro.

El fervor por el artista tuvo tintes religiosos frente a la Basílica de Guadalupe, uno de los recintos católicos más emblemáticos del país, y donde el fallecido cantante tenía como uno de sus últimos deseos despedirse del “pueblo mexicano”.

Ahí, sus fanáticos lo recibieron con “La Guadalupana”, música dedicada a la Virgen de Guadalupe, además de los temas más icónicos del intérprete como “Amar y querer”, “El triste” y “Lo pasado pasado”.

Como si fuese un santo, los admiradores llevaban estampas, fotografías de cuerpo completo y estandartes con la imagen del cantante, también presente en la mercancía de cientos de comerciantes ambulantes que vendían ropa, tazas y carteles.

Aunque predominaban personas mayores, la trascendencia generacional de José José se reflejó en jóvenes como Jesús Leal Alonso, de 27 años, quien interpreta sus canciones en un canal de YouTube por considerar que su “pasión y sentimiento son inigualables” y reflejan el sentir de los mexicanos.

“Al mismo tiempo siento bonito y al mismo tiempo siento feo. Porque yo la verdad siempre lo quise ver en vivo, pero nunca se dio la oportunidad, él no estaba. Ahora es bonito porque es el último adiós”, mencionó frente a las puertas del santuario guadalupano.