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Hasta la borrachera se le bajo a Mario Enrique Pool Balam, ya que cuando cargaba sus misiles a bordo de su bici se le cayó uno de estos, pero en su afán de salvarlo se cortó los dedos de la mano y el brazo, al quebrar el envase. Le dieron 15 puntadas.

El vecino de Kinchil, que cada fin de semana no falla en rendirle culto a Baco, fue a comprar la tarde de ayer dos chevas, sin llevar su bolsa, a las 15:30 horas.

A Mario se le hacía agua la boca mientras pedaleaba su bici, estaba cerca de su casa por la esquina de la 19 con 22, cuando sintió que se le resbaló una caguama. Trató de agarrarla pero el envase se estrelló en el piso y el se cortó.

Los vecinos vieron que sangraba y lo llevaron a la clínica, rumbo a Samahil. Ahí empezó el calvario de Mario, no había doctor. Fue trasladado al O’Horán en Mérida. Tras varias horas de espera lo regresaron a Kinchil.

Al filo de las 10 de la noche, la enfermera “Tía Belty” que se encontraba en su casa, le brindó curación, la sangre ya había coagulado.