Fotografia de la Edición Impresa

Querida pechugona. Me habían dicho varios chismes de mi esposo. Hace unos días los confirmé. El mendigo me resultó cuchillo. ¡Lo descubrí con su mejor amigo! Tía, no sé que hacer, con razón el hijo de su pelona me enviaba a comprar todo el día.

Andrea Chay

Mamita, perdón por lo que te digo. Tu esposo es tremenda daga, porque es más grande que el puñal. Si te decían que tu marido te pidió matrimonio y las lenguas viperinas te decían algunas cosas que sabían era para que el muchacho le tapara el ojo al macho. Mejor para que se parchará algún macho. Ve el lado bueno, tendrás a alguien con quien compartir los tacones y comadrear.