El padre de Anna y Olivia, amenazó a su expareja con que no las volvería a ver, por lo que fueron asesinadas y arrojadas al mar
ESPAÑA.- Sin duda alguna, el dolor más grande que una madre puede llegar a experimentar es la pérdida de un hijo, tal como le sucedió a Beatriz Zimmermann, madre de Anna y Olivia, de 1 y 6 años de edad respectivamente, quienes fueron asesinadas por su propio padre en Tenerife.
Fue el pasado 27 de abril cuando Tomás Gimeno no devolvió a las niñas con su madre y expareja, pero fue hasta las 09:30 de la noche cuando se le observó en el puerto de la Marina de Tenerife, cargando dos bolsas deportivas.
El 28 de abril, el barco que Tomas abordó fue hallado a la deriva y sin ocupantes, pero al día siguiente autoridades encontraron flotando un autoasiento que pertenecía a una de las niñas. Fue hasta el 30 de abril cuando se informó que en la embarcación hallaron rastros de sangre.
Luego de más de 40 días de intensa búsqueda por el mar, autoridades encontraron un cadáver a unos mil metros de profundidad al interior de una bolsa deportiva, amarrada al ancla del barco de su padre; lamentablemente se confirmó que se trataba de la pequeña Olivia.
Cabe mencionar que también fue hallada una segunda bolsa pero estaba vacía, por lo que se desconoce si en su interior se encontraba la menor Anna y que habría pasado con su cadáver.
Carta de la madre:
Como madre, me duele en el alma no poderles haber salvado la vida. Ojalá yo hubiera estado en ese momento junto a ellas de la mano y morir juntas. Pero eso no pudo ser porque Tomás quería que sufriera buscándolas sin descanso y de por vida. Esa fue la razón por la que dejarme a mí con vida. Y, por supuesto, el no quedar como el mayor asesino de la historia. Aquí la justicia salió a la luz.
Deseo que la muerte de Anna y Olivia no haya sido en vano. Y que aunque ahora sintamos el mayor odio, desesperanza y dolor, no sea para traer más sufrimiento al mundo, sino lo contrario. Que trascienda en amor para los niños en forma de protección, educación y respeto.
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Cuando me dijeron la noticia se me vino el mundo encima y, por muy duro que sea, por lo menos ahora puedo llorar su pérdida y sentirlas a mi lado a cada momento.
Espero que las leyes se pongan más duras protegiendo a los niños. Ellos no tienen por qué cargar con esa mochila, y si el amor se acaba lo más importante es el bienestar de los hijos. Si hay maltrato en los progenitores hay que ser muy tajantes porque los niños no pueden estar creciendo viendo violencia. Los niños son el futuro y es muy importante que crezcan observando un ambiente de respeto, paz, amor y tranquilidad.
Gracias a toda la energía enviada en este caso tan desgarrador, gracias a todo el amor que pusieron, sucedió el milagro de encontrar a Olivia. Y que la verdad se conociera.
