Tras un examen médico de rutina, a dos niños se les recetó un purgante conocido como albendazol, sin embargo, cuando sus papás fueron a la farmacia, por error les dieron tramadol, un potente analgésico que incluso se usa para calmar el fuerte dolor que sufren los pacientes con cáncer.

En su casa, ubicada en la localidad de Suba, en Bogotá, los niños recibieron el medicamento y no tardaron en presentar problemas de salud, sin embargo, sus padres los llevaron de urgencia a una clínica, donde murieron entre el martes 21 y el miércoles 22 de enero.

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En un comunicado, la Entidad Promotora de Salud Sanitas (EPS Sanitas) informó que la medicación recetada a los pacientes fue correcta en todo momento, y no se incurrió en ningún error.

“Las investigaciones adelantadas con máxima celeridad han permitido concluir que se trató de un error personal en la dispensación de un medicamento equivocado por parte de la auxiliar farmaceuta de la farmacia Cruz Verde en Santa Bárbara, quien desconoció de manera grave los estrictos protocolos para dispensación de medicamentos establecidos por la organización, así como la capacitación recibida”.

Tras el incidente, la Secretaría de Salud colombiana declaró la ‘clausura temporal total’ de la sucursal donde se despachó el analgésico, al encontrar.

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“Fallas en los procesos de almacenamiento y dispensación de medicamentos relacionadas con la ausencia de información al paciente sobre uso adecuado de medicamentos (…) e incumplimiento de las normas sanitarias”.