enfermedad del ciervo zombi

Enfermedad del ciervo zombie: la afección fatal que ha saltado de los ciervos a los humanos. Conoce los detalles de los primeros casos en Estados Unidos.

Dos cazadores estadounidenses pudieron haber sido las primeras víctimas humanas de la llamada “enfermedad del ciervo zombie”, o caquexia crónica, una afección previamente conocida solo en ciervos y considerada fatal en casi todos los casos.

Según investigaciones en curso, estos casos podrían representar un salto de esta enfermedad entre especies, desde ciervos a humanos, un desarrollo que ha alarmado a la comunidad científica.

Los incidentes investigados por expertos en Texas implicaron a dos hombres que fallecieron tras consumir carne de venado presuntamente contaminada.

Uno de ellos, de 72 años, experimentó síntomas graves como confusión, agresividad y convulsiones poco después de comer la carne, y falleció un mes más tarde.

Los análisis post mortem indicaron que había contraído la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, un trastorno neurológico fatal similar a la enfermedad de las vacas locas.

La causa subyacente de estos síntomas devastadores es un agente infeccioso conocido como priones, que también son responsables de la caquexia crónica en ciervos.

Estas proteínas mal plegadas dañan el tejido cerebral tanto en ciervos como potencialmente en humanos, causando síntomas de desorientación severa y degeneración cerebral progresiva.

Aunque no se ha confirmado de manera definitiva que la carne de venado contaminada fuera la causa directa de la muerte de estos cazadores, la posibilidad de que los priones puedan adaptarse y afectar a los humanos ha generado considerable alarma entre los investigadores.

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Este temor se ve amplificado por la falta de tratamientos o vacunas contra la caquexia crónica, que se transmite entre los animales principalmente por el consumo de plantas o agua contaminadas con materiales infecciosos.

Desde su identificación en ciervos cautivos en Colorado en 1967, la caquexia crónica se ha extendido a al menos 32 estados de EE.UU. y varios países.

Los afectados pueden ser altamente contagiosos incluso antes de mostrar síntomas, lo que complica aún más los esfuerzos para controlar su propagación.

A pesar de las preocupaciones expresadas en redes sociales y en la comunidad científica, algunos expertos instan a la calma y a la espera de más investigación para confirmar estas transmisiones y evaluar su riesgo para la salud pública.

La vigilancia y la investigación continua son esenciales para entender completamente las implicaciones de esta enfermedad emergente.

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