Hace algunos años existió un cibercafé llamado “El Cyber de Ary”, ubicado en Buenos Aires, Argentina, la leyenda cuenta que dentro del lugar había un portal directo al infierno, del cual muchos estudiantes de secundaria estaban enterados y mediante una sesión de chat, ellos podían hablar con seres del infierno.

Para poder acceder al chat no era tan simple, el cibernauta tenía que ser el visitante numero 666 de cualquier sitio web, después de esa visita, una invitación para unirse al chat llegaba por correo electrónico con las debidas instrucciones.

Una vez dentro del chat, había 666 niveles, los primeros niveles eran los más divertidos, pues los usuarios chateaban con demonios muy amigables que les decían chistes, les aconsejaban como hacer travesuras, entre otras “inocentes” cosas. Conforme pasaban de nivel, cada vez se volvía más intensa la conversación pues los demonios sabían secretos del pasado de los usuarios y conocían a la perfección sus debilidades.

Niveles más avanzados, demonios cada vez más poderosos, les pedían que hicieran cosas malas con la promesa de que serían recompensados. Uno de los estudiantes que usualmente se conectaba, lamentablemente se vio tentado a seguir las instrucciones del demonio, el cual le pedía que le robará la novia a su mejor amigo, el estudiante accedió y logró quedarse con la chica, una semana después su amigo traicionado se suicidó, aventándose a las vías del tren; esa misma noche, un hombre misterioso de negro visitó la casa del estudiante y a su madre le dejó un sobre lleno de dinero para el.

Se dice que al llegar al último nivel “666”, el usuario podrá chatear con el mismo satanás.

En el 2004, el cibercafé fue cerrado y ahora es un snack, aunque curiosamente hay una palabra que no se puede borrar por mas que ha tratado la dueña, la palabra es “Aryman”, cuyo nombre en otros idiomas es el de un demonio.