En pueblos del norte de Chile existe una aterradora leyenda, cuya protagonista es una mujer llamada “Lola”, su fantasma pena por los cerros, calles y minas buscando una venganza de un crimen que ella misma cometió…

Su historia comienza cuando estaba viva y era apenas una muchacha, tenía una curvilínea figura y un bello rostro, así como una dulce personalidad, por lo que todos los jóvenes del pueblo añoraban hacerla su novia, pero aquel que resultó afortunado de robar su corazón, fue un minero de escasos recursos.

Lola sabía que su padre nunca aceptaría la relación, motivo por el cual ella y el minero escaparon una noche oscura, para así comenzar una nueva vida juntos en matrimonio.

Pasaron los años, y el minero hizo una gran fortuna, pero lejos de ser merecedor del amor de Lola ante su familia, este hombre perdió el piso y comenzó a tener amoríos con mujeres que solo lo querían por sus billetes, a diferencia de su noble esposa, quien lo amó aun siendo pobre.

Lola estaba cegada, hasta que un día vio a su esposo besando a otra mujer, fue entonces cuando despertó de su sueño, y enfrentó una devastadora realidad, una fuerte verdad que la hizo perder los estribos y cometer un acto despiadado y brutal.

Esperó a que el minero llegará a su casa, y cuando este entró por la puerta, con una implacable furia Lola lo apuñaló en el corazón, causándole una muerte casi instantánea.

Lola estaba pedida, arrepentida y devastada, no sabía que hacer, por lo que salió corriendo hacia el pueblo gritando que unos hombres los habían asaltado y habían matado a su esposo, pedía que se hiciera justicia.

La viuda ya no estaba en sus cabales, tanto que se creyó su propia mentira, así que decidida a encontrar a los asesinos de su esposo, al pasar de los días, tomó el ataúd con el cadáver de su amado dentro, y desde esa noche lo arrastró por el pueblo, sus minas y sus cerros, buscando a quienes le quitaron la vida, pero como era de esperarse, nunca los iba a encontrar, pues ella era la asesina, pero lo había bloqueado para siempre.

Arrastrando el féretro de su esposo, Lola pasó todos los días del resto de su vida, hasta que murió en una fría madrugada entre las tinieblas de uno de los cerros, donde cayó tendida sobre aquel negro ataúd.

Sin embargo la perturbadora historia no termina con la muerte, pues la leyenda cuenta que el espíritu de Lola regresó del mundo de los muertos, condenada a vagar en el nuestro como un alma en pena, ya que por las noches en tierras norteñas de Chile, se puede escuchar el estremecedor ruido de un féretro que es arrastrado por las madrugadas.

También se narran historias de mineros que han perdido la vida en los cerros, minas y galerías abandonadas, pues se dice que por las noches el fantasma de “Lola” llama a los hombres por su nombre y los guía a desolados lugares para matarlos, pues piensa que son los asesinos de su esposo.