Uno de los símbolos más distintivos de Fresnillo, Zacatecas es la iglesia de la Purificación, en donde veneran a la virgen de la Candelaria, la patrona de la ciudad, esta hermosa parroquia nació de un milagro pero así como cosas buenas pasan en el templo, en el pasado ocurrió algo horrible, un episodio que marcó de sangre el sagrado lugar.

En 1913 ocurrió un violento enfrentamiento, el general Natividad del Toro y sus militares se escondieron en la iglesia, donde desde el campanario comenzaron a disparar a las tropas contrincantes, pero de pronto tuvieron que salir corriendo del campanario, pues sus enemigos prendieron fuego en chile seco, todos los que trataron de huir, fueron ejecutados en el atrio de la iglesia, solamente el general se quedó en el campanario, donde decidió suicidarse, antes de que los otros lo matasen.

Hasta la fecha la iglesia tiene cicatrices de aquella época oscura, una gran cantidad de impactos de bala se encuentran en su torre, sin embargo hay una herencia más espeluznante de aquel combate… un fantasma.

Niños que pertenecen al coro de la iglesia, cantan los religiosos cánticos para la misa desde el campanario, donde los pequeños aseguran que hay una presencia maligna, pues en diversas ocasiones se ha visto que un militar con uniforme antiguo aparece, pero su rostro esta oculto entre las sombras, hasta que los rayos del sol se filtran por las ventanas, y se deja ver su ensangrentado y deforme rostro…

Además de los coristas, los testigos de este espíritu que se alberga en la iglesia son monaguillos, sacerdotes y feligreses, pues no solamente se aparece en el lecho de su muerte, sino en el atrio también, donde murieron los demás soldados, algunas personas piensan que es un policía, pero quedan estupefactos cuando desaparece misteriosamente.

Se dice que este ente es malévolo, pues también existe el testimonio de un joven, que no corrió con la misma suerte que los demás, cuando en una solitaria noche tomó un atajo por el atrio de la iglesia para llegar a casa, pero antes de salir un militar apareció, lo amenazó con una escopeta en mano y con una esgrima en la otra para hacerlo subir al campanario, en un principio el joven creyó que era una persona real, hasta cuando vio su fantasmagórico rostro se dio cuenta que se trataba de alguien del más allá, sin importarle resultar herido huyó, esperando vivir para contarlo.