José Rabadán, un joven de 16, acabó con toda su familia con una espada. Este es el sangriento caso de “El asesino de la catana”
Hoy se cumplen 24 años de uno de los asesinatos más sangrientos y misteriosos del siglo XXI. Esto se trata del caso de “El asesino de la catana” en el que José Rabadán, un joven de 16 años, terminó tranquilamente con la vida de su familia con una espada japonesa. Este caso no sólo marcó un cambio en la sociedad española, sino que también conmocionó al mundo.
¿Quién es el asesino de la catana?
Hace casi 24 años José Rabadán era un joven de 16 años como cualquier otro. Según sus vecinos, era un chico bastante reservado y solitario, sin embargo, siempre se mostraba muy educado. Rabadán no salía con sus amigos ni tampoco hacía cosas ilícitas, sólo se pasaba horas jugando frente a la computadora o la consola.
A José le gustaban mucho los videojuegos, especialmente el juego Final Fantasy VIII, lo que lo llevó a pedir de regalo una espada japonesa, mejor conocida como catana.
Pese a que era un niño bastante querido y consentido por sus padres, el adolescente no estaba a gusto con su familia.
El rito de iniciación
De acuerdo a una fuente cercana, un año antes del asesinato, el joven intentó huir de casa. Pero sus padres lo terminaron encontrando y obligando a volver a casa.
Por otra parte, él no se consideraba buen estudiante, por lo que quiso dejar la escuela, sin embargo, sus papás lo volvieron a obligar para que continuara con sus estudios.
Fue ahí cuando el joven se hartó de su familia y decidió terminar con sus problemas de una vez por todas. Según él, si los mataba, podría ser libre de hacer lo que quisiera con su vida.
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A la primera luz del alba del 02 de abril del 2000, José Rabadán se levantó de la cama y se dirigió a la habitación de sus padres.
Armado con su catana caminó a la cama donde dormía su padre y lo apuñaló. El padre se intentó defender, sin embargo, el joven terminó con su vida al darle 5 puñaladas en el pecho.
Al acabar con la vida de su padre, decidió ir por su madre, quien dormía en la habitación de su hermanita de 9 años.
La madre al despertar y ver a su hijo cubierto de sangre le pidió auxilio a su marido, pero este ya estaba muerto.
La mujer fue asesinada con varios tajos en la cabeza y el cuello. A continuación, el joven se dirigió a su hermanita. Según el joven, terminó con la vida de su hermanita por piedad, pues no quería que sufriera al quedar sola en el mundo, especialmente porque contaba con el síndrome de Down.
Antes de partir, José Rabadán envolvió los cadáveres en bolsas de basura y dejó los cuerpos en una bañera con agua, esto con el fin de evitar que olieran.
Entonces el adolescente de 16 años agarró un teléfono celular y cerca de 15.000 pesetas y se marchó para siempre.
Su plan era llegar a Barcelona para conocer a Sonia, una amiga con la que chateaba.
Lo hizo por “amor”
Antes de partir de la ciudad, alertó a las autoridades quienes, al llegar, se encontraron con la sangrienta escena.
De acuerdo a varios informes policiales, se encontraron numerosas armas blancas pero también, libros satánicos y esoteristas.
Lo capturaron antes de que fuera muy tarde
Mientras dichos sucesos pasaban, Rabadán ya casi se iba a fugar, sin embargo, fue reconocido por un guardia. Inmediatamente fue arrestado.
Fue sentenciado a 8 años de internamiento en un centro de menores y 2 años en libertad vigilada.
Tras salir de la cárcel José Rabadán se convirtió en fiel creyente de la fe evangélica y se fue a vivir a Cantabria.
Actualmente está casado y tiene una hija. Según él, está totalmente rehabilitado y no entiende porqué la gente lo sigue considerando como un “monstruo”.
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