El hijo del diablo

Esta es una historia muy contada en el estado de Morelos, cuando la hacienda era próspera y productiva el hijo del diablo nació ahí

En el estado de Morelos, cuna de la Independencia y la Revolución de nuestro país, abundan leyendas urbanas que los mismos pobladores aseguran que sucedieron. Una de ellas, quizá de las más notorias es la leyenda del Choco, el hijo del diablo, que los habitantes del pueblo de Coahuixtla cuentan de generación en generación.

Coahuixtla fue una de las zonas más prósperas de la región, había mucho trabajo en ese lugar, pues en esas tierras se encuentra lo que ahora es la Ex Hacienda, y que antiguamente fue trapiche en el que se procesaba la caña, para obtener azúcar; los hacendados eran muy ricos y famosos.

En esa hacienda trabajaba una hermosa mujer; su belleza era tal que muchos hombres soñaban con tenerla, ella siempre se negaba a quienes la pretendían.

Uno de tantos días, luego de tomar un baño en el río semidesnuda, se topó con un extraño forajido, montado en un enorme caballo negro. Este ofreció llevarla a casa, la joven rechazó sus primeras propuestas, pero al final terminó por aceptar.

El la cargó y la montó en el caballo, y ella se sujetó fuertemente a su espalda, luego la dejó en las puertas de la hacienda, ella aseguraba que todo había llegado hasta ahí, pero él comenzó a buscarla con frecuencia, como todos los demás trataba de enamorarla.

Luego de un tiempo, lo logró. Se veían a escondidas, siempre de noche. Y se entregaban a las bajas pasiones. En una de tantas, la mujer quedó embarazada, y cuando intentó hablar con el forastero, no supo más de él. 

Nadie lo quería

Su bebé nació, pero era algo extraño, distinto a los demás, muy despierto y hábil. Cuando el niño cumplió 6 meses, estuvo buscando alguien que quisiera ser su madrina de bautizo, pero nadie quiso acceder por ser un hijo sin padre.

En un poblado cercano y entre gente desconocida, encontró a una prima que aceptó llevarlo a bautizar; llevaba al niño en brazos, le hablaba dulcemente diciéndolo que pronto iba a ser hijo de Dios, y el bebé se ponía muy inquieto, pero justo en el momento que iban a cruzar el río el pequeño le dijo sonriendo:

“Mira madrina ya puedo hablar, ya tengo dientes, y te voy a matar”, algo inverosímil en un niño de seis meses; mostrando unos colmillos como de perro feroz, luego de ello, el bebé la mató mordiéndole el cuello y salto al río, aunque muchos aseguran que cayó en las piedras, murió y fue arrastrado por el río; no encontraron ningún cuerpo, ni rastro de él.

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La leyenda del choco
Este puente pasa actualmente sobre el río en el que cayó el hijo del diablo

Se cuenta que aquella criatura era hijo del Diablo, por eso no quiso ser bautizado y desde entonces El Choco ronda las ruinas de la hacienda y las orillas del río, en donde se le ha visto jugar con huesos, riéndose de una manera estremecedora.

Cuentan también que por los caminos rurales se escucha el llanto de un bebé. Al seguirlo conduce hasta un recién nacido, aparentemente abandonado. Quienes lo han recogido para llevarlo a la policía o al hospital más cercano, sienten un repentino dolor en su brazo, descubriendo marcas de dientes de perro en su cuerpo, al mirar el menor desaparece.

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