Cuenta la leyenda maya que el Kisín le ofreció siete deseos a un hombre a cambio de su alma, pero el hombre se las ingenió para engañar al mismo diablo
Un campesino que iba todos los días a su milpa para hacer las labores del campo, ya que toda su familia se dedicaba a la misma actividad.
Sin embargo, un deseo avaricioso crecía desde el fondo de su alma, pues él, quería tener riquezas y poder.
Todas las noches, al estar en su casa, se ponía a pensar y razonar que aunque su trabajo sí le daba para comer, nunca iba a prosperar a los niveles que él quería.
Un día, uno de sus amigos de la infancia le preguntó por qué se encontraba tan pensativo, el hombre le contó su pesar, por lo que el amigo, le dijo que podría resolver muy “fácilmente” su situación.
Ya que podía vender su alma al Kisín y así éste les cumpliría todos sus deseos
El hombre al principio consideró que esto estaba mal, pero con el paso de las semanas su frustración aumentaba, por lo que una noche, envalentonado, se dispuso a invocar al mismo Kisin.
El Kisín se hace presente en el mundo de los humanos
De inmediato se le presentó, ya que andaba con urgencia buscando almas y se podría decir que era más fácil de hallar en esos tiempos.
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Los siete deseos
El Kisin se hizo presente al hombre, le dijo que a cambio de su alma le daría siete deseos en los próximos siete días, y después de transcurrida esa semana dejaría su cuerpo físico y moriría.
Por lo que su alma, pasaría hacer completamente del Kisin
El hombre un tanto decepcionado, no le quedó más remedio que aceptar y estos fueron sus deseos.
El primer día
Pidió tener mucho dinero, al momento en que se cumplió se dedicó a derrocharlo de forma irresponsable, pues sabía que serían sólo 24 horas que podría disfrutarlo.
El segundo día
En el segundo día pidió salud, ya que por su trabajo en la milpa diario le dolían los pies y las rodillas, por lo que ese día pudo disfrutar de no tener ninguna molestia en el cuerpo.
El tercer día
En el ercer día pidió poder, por lo que todos lo miraban con respeto y se le acercaban a pedir consejo, pero a final de cuentas no supo qué hacer y no le gustó tener ese “poder” tan de la noche a la mañana.
El cuarto día
El cuarto día pidió comida, por lo que tuvo todos los manjares que anhelaba y que quería probar.
El quinto día
Pidió como deseo viajar y se fue hasta lo que hoy es Guatemala y Belice, que antiguamente eran parte del imperio maya.
Al sexto día
Pidió tener a todas las mujeres que deseara y así pudo cumplir a lo largo de un día todos sus sueños y fantasías.
Su último día y su último deseo que le concedería el Kisin
Por último, el séptimo deseo fue que el Kisin le ayudara a limpiar unos frijoles negros hasta que se pusieran blancos y ya cuando terminara se lo podía llevar al infierno.
El demonio aceptó, sin embargo, no conocía los frijoles e ignoraba que su color negro era natural, por lo que se la pasó limpiándolos.
Después de muchos días limpiándolos éstos no quedaban blancos, entonces molesto, decidió marcharse y dejar libre al hombre.
Estaba tan furioso que toda su molestia junta lo ayudó a crear los frijoles de color blanco, los rojos y los amarillos, para que así ya no lo volvieran a engañar de nuevo.
¿Y tú, harías un pacto con el Kisin?
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