Esta oscura historia nace en Nueva Orleans, la ciudad más embrujada del mundo… Cuando Robert e Yvette, un matrimonio de la alta sociedad, desesperados por no haber recibido la bendición de tener un hijo, acudieron con el doctor Gottschalk cuyo método de fertilidad era el ocultismo, mediante el cual meses más tarde nacería una hermosa bebe llamada: Violette.

El nombre de la niña fue dado en alusión a sus deslumbrantes ojos color violeta, los cuales combinaban a la perfección con un par de aretes de amatista, un regalo del Dr. Gottschalck. La niña llegó a dar felicidad tanto a sus amorosos padres como a los esclavos que trabajaban en la casa, pues la familia era tan buena, que los esclavos se alegraban de sus bendiciones.

La niña tenía una nana, una mujer mulata, quien siempre estaba al pendiente de que a Violette no le faltara nada, incluso la tenían tan chiflada que la niña se la pasaba haciendo berrinches, pero aún así su ternura deleitaba a todos. El padre de Violette por trabajo tenía que salir por varios días de manera frecuente, la niña siempre estallaba en llanto para que la llevara con el, pero la madre no la dejaba pues a donde iba el hombre eran campos donde había peligro.

Un día la madre de Yvette enfermó, y tuvo que viajar a otra ciudad para cuidar de ella, consideró que Violette debía quedarse en casa al cuidado de la mulata. Robert tenía que salir de viaje de nuevo, pero esta vez Violette se saldría con la suya, pues mediante berrinches, logró convencer a su padre para que la llevara junto a la nana.

Lamentablemente con el viaje los días de felicidad estaban por acabar… Pues Violette contrajo una enfermedad que la llevó a la muerte. Robert la llevó con un doctor ocultista para ver si podía hacer algo por la niña, pero fue demasiado tarde, por lo que le tuvo que escribir una carta a su esposa anunciándole que su hija acaba de partir.

Los padres estaban deshechos, si no fuera por los esclavos la casa y el trabajo se hubieran venido abajo, pasó un mes de que la niña había sido enterrada pero ellos no podían avanzar, no querían tener otro hijo, sino querían a su Violette de vuelta, por lo que decidieron ir más allá de lo que el poder humano puede lograr, se acercaron al doctor Gottschalck para que les trajera de vuelta a su niña, pero este se negó pues afirmaba que debían dejar descansar a su niña en paz. Aún así habría alguien que si los iba a ayudar.

Con una alta suma de dinero, una hechicera vudú aceptó traer a Violette de vuelta, desenterraron el cuerpo en luna llena para durante un ciclo de luna, la bruja realizar rituales para revivirla. La siguiente noche de luna llena, Robert e Yvette atendieron al llamado de sus puertas, era Violette que estaba tocando con sus pequeñas manitas, repitiendo la palabra: Mamá.

Violette había vuelto a la vida y sus padres estaban contentos de abrazarla otra vez, pero lo que ellos no podían ver, es que Violette no era la misma, ahora era una niña fría y sin expresiones, parecía estar siempre ausente…

Conforme pasaba el tiempo la niña se volvía salvaje, comenzó a comer animales y carne cruda, y gruñía como si fuera animal.

Los esclavos sabían que el regreso de la niña venía de algo oscuro y poderoso, su nana no podía soportar ver a Violette en esas condiciones, como si fuera un zombi, por lo que ella junto a otros esclavos a escondidas de los padres, la llevaron con la hija de Marie Laveau, una hechicera poderosa quien los podría ayudar.

La hechicera estaba junto a la bruja que resucitó a Violette, quien estaba avergonzada de lo que hizo por dinero, así que cooperaría para enmendar su pecado, aunque lamentablemente lo que ya está muerto no se puede matar, por lo que la hechicera no pudo devolver a Violette a donde reposaba.

Así que la bruja resucitadora asumió su responsabilidad y tomó a Violette para cuidar de ella…

Los padres de la niña como por arte de magia superaron más fácil la segunda perdida y después fueron bendecidos con un hermoso bebé.

Pasó el tiempo y la bruja que cuidaba de la niña murió, pero nadie dio con el paradero de la
niña, hasta que muchas décadas después una familia descubrió algo espeluznante en su casa, que era la de la bruja en la antigüedad, una momia que tenía unos aretes de piedra violeta en el desván.

Decían que por las noches escuchaban que la momia cobraba vida, pues se escuchaban pasos y gruñidos… pero aquello que los atormentaba se iría para siempre, cuando arribó le huracán Katrina, llevándose a la momia junto a sus aguas, por lo que se desconoce donde habita Violette en la actualidad, quien después de tantos años aún no puede descansar.