La temporada de lluvias ha comenzado y con eso también los mosquitos se han desatado buscando a quien “chuparle” la sangre.

A pesar de esto hay muchas personas que parecen no ser tan “atractivas” para los mosquitos, o por lo menos, no tanto como algunos que se quejan del constante ataque de los insectos voladores. Esta situación, frustrante para muchos, tienen una explicación científica.

La diferencia está en los elementos químicos del aire que nos rodea, ya que los mosquitos tienen organos que son capaces de seguir los rastros químicos que dejan nuestros cuerpos.

Uno de estos “rastros químicos” es el dióxido de carbono que generamos cuando respiramos; más específicamente cuando exhalamos sacamos de nuestro cuerpo el dióxido que sirve a los mosquitos para “dar” con nosotros.

“Los mosquitos comienzan a orientarse hacia esos impulsos de dióxido de carbono y continúan volando contra el viento mientras perciben concentraciones más altas que las que contiene el aire ambiente normal”, comenta Joop van Loon, entomólogo de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos.

El humano produce al día aproximadamente un kilogramo de dioxido. Esto puede variar entre adultos (más dióxido de carbono al respirar) y niños (menos dióxido de carbono al respirar); asímismo influye la alimentación y el ejercicio que realiza la persona. 

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Otros factores que atraen a los mosquitos

Otro factor que influye en el “apetito” de los moscos, es el ácido lactico que se emite a través del sudor.

Las personas más altas y las embarazadas generan más ácido láctico y dioxido de carbono, por lo que resultan “perfectos” para los mosquitos.

De igual forma, las personas que acaban de hacer ejercicio físico y terminan bien sudados, son un “manjar suculento” para los mosquitos. Según algunos cientificos, esto también se puede generar por los microbios que viven en nuestra piel.

Otros factores, que igual influyen en el “apetito” de los moscos serían la temperatura de la piel, la presencia de vapor de agua y el color; sin embargo estos elementos serían menos definitivos, a diferencia del dióxido de carbono y el ácido láctico.

Estas son algunas razones por la que quizá has notado que hay algunas personas que son “devoradas” por los mosquitos y otros prácticamente parecen “invisibles” para los zancudos.

Ante esta situación, lo mejor es estar preparado y usar algún repelente para evitar las picaduras y de esa forma también prevenir alguna posible enfermedad transmitida por ellos. Con información de Muy Interesante.

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