Las situaciones económicas y sociales ya tenían en jaque esta situación, y para rematar la pandemia de Covid 19 blandió un golpe del que muchos no lograron reponerse. El trabajo infantil es una realidad en nuestro país de la que no parece que lograremos salir.
Además de ser un riesgo de importancia a la salud de cualquier persona, el Covid 19 incrementó las filas de los menores de edad que se integraron a la economía informal. En el año 2019, habían 2.2 millones de niños y niñas trabajando según el INEGI, pero para el año que transcurre actualmente esa cifra es mucho mayor debido al impacto de la pandemia.
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Hubieron los que dejaron la escuela para trabajar
Otra cifra que llama la atención de sobremanera es la de los menores que se salieron de la escuela para ponerse a laborar. El impacto de la pandemia fue tal en las carteras de las familias mexicanas que orilló a varias a tomar esta fatídica decisión, 309 mil estudiantes desertaron porque tenían que trabajar y 529 mil por falta de dinero.
Es decir, que más de 800 mil infantes entraron en una situación riesgosa, según explicó Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM).
Situación en el campo y la ciudad
En el campo los niños tienen una jornada igual que la de los adultos o hasta mayor, debido que a sus características pueden ser más óptimos en las labores agrícolas.
En las ciudades los niños también corren riesgo, en la zona urbana de la CDMX se tiene el registro de 50 mil niños trabajando.
En esa ocasión se había logrado sacar de esa situación a mil 423 de ellos. Sin embargo, el porcentaje de trabajo infantil pudo crecer con la pandemia.
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