En la larga y apasionante historia de los juegos de azar, hay muchos aspectos que pueden destacarse. Nos gusta jugar, pero no siempre sabemos de dónde viene eso que nos entusiasma, y menos aún conocemos cómo se originaron los nombres que los caracterizan y repetimos en forma de palabras de origen ignoto. Veamos algunos casos.
Glosario jugador
- En EE.UU, el querido juego que consiste en cubrir un cartón con números se llamaba “Beano” (de “bean” o frijol, también llamado “poroto” en otras latitudes) y cuando alguien tapaba todos los números gritaba eso : “¡Bean!”. De ahí, luego de las mutaciones propias del tiempo, pasó a conocerse como “bingo”.
- Hablando del Poker, su origen está discutido, y por lo tanto su nombre también; provendría de la palabra francesa “poque”, que (tal vez, solo tal vez) derive del alemán “pochen” (que significa “golpear”), pero como tiene gran semejanza con un juego persa llamado “As nas” que llegó a América gracias a marinos mercantes, tampoco está claro.
- En el caso de otra “estrella” de los casinos, el Blackjack, en sus orígenes franceses del siglo XVI se lo llamó “Vingt et un” (veintiuno, los puntos que hay que reunir apostando contra la banca). Tras su llegada a EE.UU en el siglo XIX, desde la centuria siguiente y alrededor de 1920, se lo empieza a denominar “Blackjack”, haciendo referencia a los premios mayores que se otorgaban en los juegos de cartas de los casinos norteamericanos por ese entonces: cuando en una mano de cartas un jugador obtenía un As de picas (negro = black) y un Jack (también conocida como “Sota” o “Jota”, según el país), es decir, un Black Jack.
- Sobre la Ruleta, su nombre está indisolublemente emparentado con su origen francés, ubicado en el siglo XVII, y con la palabra “roulette” (“rueda pequeña”) con el que el célebre matemático Blas Pascal bautizó al que hoy es el juego más popular en todos los casinos del mundo, mientras investigaba la teoría de las probabilidades utilizando una rueda con 36 compartimentos.
- El Baracarrat, o “bacarrá” o “Punto y Banca”, es un juego con cartas originario de Francia y muy parecido al blackjack. Aquí es el el croupier quien tiene la iniciativa, y el apostador elige una mano para apostar por la banca, por sí mismo, por otro jugador o por el empate, aproximándose lo más posible al 9. Se popularizó globalmente gracias a Ian Fleming y su inmortal personaje James Bond (es lo que jugaba el agente 007 tanto en la primera novela en que apareció como en su debut cinematográfico) y el nombre lo propuso quien fuera su inventor, el italiano Félix Falguiere, en el siglo XIV. “Baccara” (así lo bautizó) quiere decir cero, ya que los 10 y las cartas “con caras” valían cero.
Entonces, “bingo” es un término casi obvio para nombrar al juego. Otros que podemos encontrar en casinos reales y virtuales tienen nombres con significados más intrincados, pero igual de interesantes.
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