Cómo afecta el cambio de horario a las personas
Cómo afecta el cambio de horario a las personas

¿Cuéntame, sobrino, cómo te afectó a ti el cambio de horario?

Tanto en octubre, como en marzo o abril, los mexicanos de casi todo el país realizamos la misma operación en adelantar o atrasar nuestros relojes, como una petición de las autoridades federales, para aprovechar la luz del sol, pero ¿Cómo afecta esto la salud de las personas?

En teoría, el objetivo principal de esta acción es maximizar la exposición al sol durante las horas en que estamos despiertos y, de esta manera, ahorrar energía.

Aunque este cambio puede reportar cierto beneficio económico, supone, a efectos prácticos, cambiar de manera brusca la rutina de sueño y actividades a los que nuestro cuerpo está habituado: en octubre, nos levantamos y nos acostamos una hora más tarde, mientras que, en marzo, madrugamos una hora más y nos vamos a dormir sesenta minutos antes.

La alteración de este ritmo, por ejemplo, en personas que trabajan en turno de noche, provoca efectos agudos —como somnolencia y falta de atención, lo que a su vez se traduce en un aumento de los accidentes— y también efectos a largo plazo, como obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares.

Además de que la hormona que regula nuestro sueño, la melatonina puede verse reducida, por el cambio en los hábitos de sueño. Así como por exponerse a pantallas de celulares, tabletas o incluso la televisión.

Te podría interesar ¿Ya estás listo? El horario de verano está cada vez más cerca

afecta a las personas horario verano
Buenos hábitos de sueño son muy importantes para el organismo

La luz, importante señal para la alerta humana

Como vemos, la luz del día actúa como señal para los ritmos circadianos y los cambios en la producción de melatonina. Por este motivo, lo que sí es un hecho comprobado desde un punto de vista fisiológico, es que el cambio de hora produce un pequeño desajuste o desincronización temporal entre las señales externas que recibimos (la luz solar, la temperatura…) y las internas (los ritmos circadianos, controlados por nuestro reloj biológico).

Por ejemplo, tras el cambio al horario de verano, aunque el despertador nos indique que nos estamos despertando a la misma hora de todos los días, nuestro cuerpo “sabrá” que está madrugando una hora más.

Esta desadaptación puede provocar, aunque de manera más suave y mitigada, síntomas similares a los que provoca el jet lag: fatiga y cansancio general, somnolencia durante el día, dificultad para conciliar el sueño por la noche, irritabilidad, falta de concentración y disminución del rendimiento físico e intelectual.

También podemos sentir hambre a horas intempestivas o, todo lo contrario, falta de apetito o sensación de plenitud tras la comida.

Aunque al parecer toda esta información no ha sido suficiente para que las naciones de una buena vez por todas dejen de solicitar a la población que se realicen los cambios de horario dos veces al año.

Síguenos en Google News

Síguenos en Facebook ¡Al chile! Yucatán