Michael Jordan es un ícono por sí solo, en 1998 ganó su primer título como jugador más valioso con 35 puntos en promedio
El baloncesto es uno de los deportes que más emociones genera por partido. Cada minuto hay una acción en la que la anotación se concreta o la defensiva se impone; además, las nuevas estrategias han hecho que las transiciones sean cada vez más rápidas y es por ello que figuras memorables de hace unos años parecerían más completas que los grandes ejecutores de puntos de la actualidad. Un reciente estudio de la casa de apuestas de la NBA Betway, incide sobre tres de las figuras más grandes de este deporte, ¿sabes quiénes son?
Ícono del baloncesto en la NBA
Michael Jordan es un ícono por sí solo, en 1998 ganó su primer título como jugador más valioso con 35 puntos en promedio, una cuota que aún hoy es difícil de igualar.
Para ponerlo en perspectiva, el gran Lebron James que está acaparando reflectores en la actualidad, tuvo un promedio 6 puntos por debajo y además con menos rebotes ganados en el tablero, la mitad de las asistencias de Jordan y también muchos menos robos.
A pesar de estas cifras, es evidente que Jordan jugaba en una liga en donde la estrategia y la velocidad iban a la par. James es llamado el gran anotador porque su contribución está en ese rubro dentro de su equipo. No se espera de él que robe balones o que los dispute a las torres del equipo contrario.
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A pesar de estas diferencias y sin demeritar en lo más mínimo el papel de Jordan como el mejor jugador de todos los tiempos, los datos de Kobe Bryant pueden dar una perspectiva clara. Kobe está 10 puntos por debajo del promedio de puntos de Lebron James como jugador más valioso de la liga. Y nadie podría negar que Bryant era una verdadera figura en la cancha, que ha pasado a la historia como uno de los más grandes de todos los tiempos.
Evoluciona el basquetbol de la NBA
Lo que finalmente está mostrando esta comparativa de MVP es que el basquetbol es uno de los juegos que más evoluciona sin alterar su esencia, que sigue el curso de la época y, así como nuestra vida se está tornando frenética, ahora nos brinda las jugadas virtuosas a una velocidad increíble.
Todo cambia como debe ser, pero el título que alguien gana como MVP lo deja inmortalizado, y eso sí que no cambiará nunca.
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