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El primer partido del Grupo D, que se disputará en el estadio del Spartak de Moscú, desde las 8 de la mañana, enfrentará a dos selecciones muy distintas: Argentina, con gran experiencia mundialista, e Islandia, debutante en la prueba reina. La Albiceleste, bicampeona del mundo y subcampeona en la edición de 2014, afronta la 17a. fase final de su historia. Islandia, con apenas 335.000 habitantes, es el país con menor población de los 32 participantes.

Argentina, pese a su dilatada experiencia y a su extraordinario ataque liderado por Lionel Messi, Ángel Di María y Sergio Agüero, sufrieron más de la cuenta en el clasificatorio. Solamente una tripleta de Messi en el último partido de las Eliminatorias contra Ecuador selló el billete mundialista de los hombres de Jorge Sampaoli.

Llegó la hora de la verdad para Argentina, después de que el equipo solamente disputó un partido de preparación. Contar con tantas opciones para cada demarcación tiene sus ventajas, pero la pregunta es cómo encajarán los jugadores. La clave será abrir espacios contra un sólido entramado defensivo islandés.

Por otra parte, tras alcanzar los cuartos de final en la Eurocopa de la UEFA 2016, participar por primera vez en una Copa Mundial es ya de por sí un éxito inmenso para Islandia. Rumbo a Rusia, los pupilos de Heimir Hallgrímsson dejaron atrás a combinados de la talla de Croacia, Ucrania y Turquía. La clave de su magnífica fase de clasificación fue la eficacia, ya que Islandia apenas necesitó 16 goles, menos que ninguna otra campeona de grupo.

Islandia no ha ganado ninguno de sus últimos cuatro encuentros, lo que, en circunstancias normales, sería motivo de preocupación. No obstante, hay que saber valorar los experimentos que ha hecho el seleccionador, y la sola idea de protagonizar una actuación similar a la de la Eurocopa de 2016 es alentadora. Los “vikingos” parecen crecerse ante los desafíos. La mayor incógnita es el estado de forma del capitán Aron Gunnarsson.