La noche de ayer ante Paraguay fue la última prueba para varios jugadores que se querían subir al barco de la Selección Mexicana.
La Selección Mexicana perdió el partido de ayer contra la de Paraguay con un sólo gol de diferencia. Los encuentros de preparación para un Mundial tienen una ambivalencia difícil de analizar, ya que se tiene que ver por encima del resultado y observar el funcionamiento colectivo del equipo, e individual de cada jugador.
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¿Quién si y quién no?
Debe ser la pregunta que tiene en la frente todo el día Gerardo el Tata Martino, ya que por la demostración que dieron varios jugadores de ayer, el Tri mostró más irregularidades que constantes, y eso, a sólo dos meses del torneo más importante del mundo, es preocupante.
Cabe resaltar actuaciones como la de Luis Chávez, Charly Rodríguez y el portero Acevedo quienes alzaron la mano para llegar a la convocatoria final.
En conferencia de prensa, Martino declaró que en ese equipo que convocó ante los guaraníes tiene al 40 o 50 por ciento de los jugadores que viajarán a Qatar, lo que puso en alerta a varios analistas y aficionados, ya que no se ve con claridad que estos jugadores marquen una diferencia puntual, para siquiera salir de la fase de grupos.
Actuaciones destacadas
Como mencionamos el resultado del partido pasa a segundo plano, y lo que vale la pena es analizar el desempeño individual de cada jugador y cotejarla con la situación actual del equipo.
La más reciente turbulencia que azotó al cuerpo técnico fue la noticia de la lesión del Tecatito Corona, que aunque unos ya tienen al santo de cabeza de que podrá llegar justo para enfrentar los partidos de la fase de grupos, la verdad es que se ve muy complicado que lo haga si quiera al 50 por ciento.
Por lo tanto su suplente es imperativo es estos momentos, y ha surgido el nombre de Alejandro Zendejas, Diego Lainez (aunque no es su posición natural), Uriel Antuna o Rodolfo Pizarro.
La moneda en el aire
La realidad es que este grupo de jugadores genera más dudas, inquietudes y poca seguridad que probablemente avancemos a la fase de octavos de final, sin embargo de todo corazón, deseamos estar equivocados.
Es una realidad que el puesto de director técnico del equipo nacional desgasta a quien lo ocupa, como la silla presidencial o el trono de alguna nación en guerra, es notorio el desgaste entre la persona cuando llega al cargo y cuando lo deja, así que un poco de empatía al Tata no le caería nada mal.
Sin embargo la afición estará de manera irracional apoyando a los connacionales como cada 4 años, aunque pase lo mismo, el amor del mexicano por su equipo no conoce límites, ni uso ni razón.
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