Para lograr su clasificación, Pumas tenía que salir a matar o morir, pues jugaban con la obligación de ganar y con este empate comprometieron su pase a la Liguilla mientras que Juárez no tenía ya nada que perder, por lo que lo único que intentaban era terminar el torneo de manera digna.
El VAR se hizo presente de manera temprana, pasados los cinco minutos de juego, el árbitro Diego Montaño detuvo el partido para revisar meticulosamente una posible mano de los universitarios, falta que Jonathan Lacerda, centrocampista de Juárez, reclamó hasta el último momento.
Por su parte, el conjunto auriazul lograba dar pases largos pero ninguno de las jugadas se concretaban con éxito.
Los del Pedregal intentaron hasta el último respiro del encuentro; sin embargo, tres de tres intentos retumbaron en los postes, por lo que el partido terminó en empate y en abucheos de la afición local.
