José Tuyub, un indigente de unos 80 años de edad, al parecer no teme contagiarse de coronavirus, ya que está todos los días sentado en la banqueta de la calle 42 entre 37 y 39 del centro de Valladolid, en espera de la buena caridad de los que pasan cerca de él, quienes en ocasiones dejan alimentos.
Sin embargo, no se le olvida compartir lo que gana al final de la jornada con las palomas que lo visitan en diferentes horario para alimentarse, incluso en ocasiones un perro se detiene junto a él para comer y permanece varias horas acompañándolo para luego retirarse.
Se desconoce si el adulto mayor tiene familia o algún pariente que vea por él.
Todos los días desde temprano está sentado en la banqueta, justo frente a una institución bancaria, donde acude mucha gente. A veces también duerme en el mismo lugar, otras en los corredores del Palacio Municipal o simplemente desaparece por la noche hasta verlo de nuevo en el mismo sitio.
Te puede interesar: Valladolid es el municipio con más casos covid-19, después de Mérida
Caridad
Muchos peatones se detienen para dejarle algunas monedas como caridad, en tanto otros le llevan comida, que comparte con las palomas y en ocasiones con un perro, incluso durante el día se duerme por ratos en el lugar sin que nadie lo moleste.
Al platicar con él, se pudo constatar que no concuerdan sus ideas, incluso no recordó su segundo apellido, pero con dificultad dijo que solo le interesa comer y que le regalen trocitos de tortilla para sus palomas.
En cuanto al COVID-19, “¿qué es eso?” preguntó, se le explicó sobre la enfermedad pero no lo entendió, incluso señaló que solo está esperando que Dios decida cuándo se lo llevará, pero dijo estar tranquilo y que no tiene miedo de nada.
Tampoco pudo recordar si tiene familia, incluso hablaba de situaciones incongruentes, de modo que se notó que padece de alguna enfermedad mental.
La presencia del anciano en el mismo lugar se observa desde hace varios meses.
Al parecer don José Tuyub no recibe ningún tipo de ayuda oficial, incluso se desconoce si alguna asociación altruista ayuda al indigente, quien se orina en el mismo sitio y camina lentamente, con mucha dificultad.
