Carlos Santamaría Díaz, de 14 años de edad, le produce una gran emoción el mudarse de Ciudad de México a la costa yucateca; ilusionado espera contemplar por las mañanas el mar, nadar en él, caminar por la playa, disfrutar del aire, la puesta de sol, el ambiente, hacer nuevos amigos, disfrutar de un ambiente de paz y tranquilidad, y sobre todo ansía ingresar a su nueva escuela, la Universidad Anáhuac Mayab.

Carlos debería estar cursando la secundaria

Aunque por su edad Carlos debería estar cursando la secundaria, lo cierto es que este destacado estudiante es un auténtico fuera de serie, un niño genio, pues ya ha dejado atrás el bachillerato, cursa una carrera en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el próximo ciclo escolar comenzará a cursar otra aquí en Yucatán.

Cuando uno lo escucha hablar no cabe ninguna duda de que se trata de un chico al que le gusta mucho estudiar. Apasionado de la biología y la química, es entusiasta, emprendedor, siempre buscando nuevos retos y desafíos que pongan a prueba su capacidad de conocimiento.

Retarse a sí mismo lo ha convertido en el estudiante más joven en ser admitido en la máxima casa de estudios de nuestro país, a los 12 años, y en breve también será el estudiante de menor edad admitido en la Anáhuac Mayab de Mérida.

Las clases le parecían “aburridas”

Entrevistado por el Diario vía zoom desde la capital del país y acompañado de su padre, Fabián Santamaría Plascencia, Carlos nos comparte su historia y su sentir ante el nuevo reto de cambiar su lugar de residencia para estudiar en un lugar muy distinto al que había estado.

Su meteórica carrera académica comenzó en la primaria cuando en el tercer grado las clases le comenzar parecer monótonas.

“No me gustaba la escuela, las clases eran muy lentas, muy aburridas, los maestros no me incentivaban, no encontraba retos, yo quería saber más pero no podía avanzar más rápido que los demás”, comentó Carlos.

Su padre secundó el comentario de su hijo, explicó que frecuentemente le llamaban de la escuela para reportar el poco interés y participación que su hijo le ponía a las clases, y eso lo puso a pensar en qué era lo mejor que se podría hacer por él.

Interés en la química

A los nueve años el pequeño cursó un diplomado de química analítica en la Facultad de Química de la UNAM, donde a los 10 años cursó otro diplomado en bioquímica y biología molecular, además de una materia en la licenciatura, que fue álgebra superior.

Todavía con 10 años, cursó por invitación el primer semestre de Ciencias Genómicas en el CCG de la UNAM Cuernavaca, ese mismo año acreditó la primaria y secundaria en el INEA de la SEP y el bachillerato lo hizo en el Tec de Monterrey de manera virtual.

Por condiciones de tiempo para la inscripción en la UNAM, lo acreditó en el examen único Colbach. Ingresó a la licenciatura en Física Biomédica a los 11 años, lleva el 47% de los créditos y promedio de 8.93. Hizo dos cursos en el instituto de materiales UNAM, uno en microscopia electrónica y otro en superconductores.

Quiso cursar otra carrera

Cuando parecía que este novel talento había llegado a donde se proponía, surgió en él la idea de cursar una carrera simultánea con la de la UNAM, pero en otra parte del país, buscando salirse de la capital. La respuesta fue Ingeniería Biomédica de la Universidad Anáhuac Mayab en Mérida.

“Todos sabemos de los graves problemas de movilidad y transporte en Ciudad de México, con recorridos de hasta una hora para trasladarse de un punto a otro, a esto hay que agregar todas las cosas que pasan en la ciudad y particularmente en la UNAM”, comentó.

“La universidad nacional es buena, tiene buenos maestros, pero sus instalaciones ya están muy deterioradas, el ambiente no es muy sano, buscando salir de esto la familia (Carlos es hijo único, su madre es Arcelia Díaz Sotelo) comenzó a buscar alternativas fuera de la capital, buscábamos una universidad que ofreciera la carrera de Ingeniería Biomédica, porque me atrae mucho todo lo que tiene que ver con la biología, la química, la tecnología”, remarcó.

Con 14 años, Carlos estudiará dos licenciaturas en Mérida

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“Quiero divertirme y estudiar”

La Anáhuac fue la primera en responder a su solicitud y se le explicó que tenía dos opciones: Querétaro o Yucatán. Su padre ya conocía Yucatán y la costa del estado con su atmósfera, paisajes marinos y de playa; eso le facilitó la decisión.

“Siempre quise vivir cerca del mar, en la playa, y ahora voy a tener esa oportunidad, quiero nadar, divertirme, podré estudiar la carrera que me gusta en una universidad de un estado donde hay una mejor calidad de vida, más tranquila, propicia para el desarrollo de la familia, y además becado”, comentó.

Carlos sabe muy bien de su potencial, aunque no deja que esto le impida ser un niño que le gusta y disfruta de cosas que agradan a otros chicos de su edad. Sin embargo, reconoce que por el confinamiento ahora está más abocado al estudio en casa.

“Me considero un chico normal, realmente hablando de mi educación académica, no rompí nunca las reglas, solo las llevé al límite”, comentó.

“Mi consejo para los chicos de mi edad es que las escuelas nunca te darán los suficiente, ¿Por qué conformarse?; la meta se la fija uno mismo, pero hay que estudiar y echarle ganas, que te guste y apasione lo que estás estudiando, sé un poco autodidacta, sé curioso e investiga, pregunta, infórmate y entonces descubrirás que avanzar es cuestión de cada quien”.— Emanuel Rincón Becerra

El señor Fabián Santamaría explicó que apoya totalmente a su hijo; al principio ayudarlo con las tareas era fácil, en grados más avanzados ya se volvió algo difícil aclarar sus dudas; no obstante, siempre hay formas de salir adelante.

“Siento orgullo, emoción, un poco de envidia, sí, pero somos muy felices con Carlos y sentimos que el cambio de ambiente le va a favorecer aún más”, comentó.

Estudios Pandemia

El pequeño Carlos comenzará el próximo semestre en línea, por las condiciones sanitarias.

Dos carreras

A principios del próximo año, el menor planea mudarse con los suyos para comenzar las clases presenciales en la Anáhuac Mayab. Tiene intenciones de terminar la carrera en la UNAM en línea, de manera que en los próximos dos años prácticamente estará llevando dos carreras al mismo tiempo.

Dificultad

Cuando parecía que no había asignatura académicas que pusieran en jaque el talento de Carlos, confesó que, como con “Superman”, existe una kriptonita que le pone en predicamento: para obtener su certificado de bachillerato tuvo que llevar las materias de Economía y Administración las cuales se le complicaron bastante, pero aun así salió adelante.

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