Familias, empresas y fiesteros de esta región afrontan pérdidas por la cancelación de los festejos patronales y de las fiestas de bautizos, XV Años y bodas civiles y religiosas; a causa de la cuarentena por la pandemia de la COVID-19.
En las dos parroquias de Izamal y municipios aledaños se cancelaron misas de bautismo, boda y XV Años, generando pérdidas de ingresos para pastelerías, fotógrafos, empresas de banquetes, rentadoras de locales, músicos, productores de pavos y pollos; etcétera.
Las pérdidas económicas son muy fuertes para las familias que desde hace más de un año juntaban dinero y planificaban sus fiestas religiosas y sociales.
Del atrio franciscano, cerrado desde marzo, queda el recuerdo de cuando era locación para las sesiones de fotos de quinceañeras; y cuando recibía a alumnos de escuelas católicas de Mérida que peregrinaban cada año al santuario mariano.
Empresarios de la región izamaleña dijeron que para las fiestas populares de abril y mayo, habían hecho contratos con toreros, bandas de música, grupos nacionales y locales para amenizar los bailes.
Los fiesteros también se quedaron sin ganancias, al cancelarse las fiestas populares patronales.
Los tradicionales gremios de los festejos patronales también se cancelaron desde el mes de marzo.
