Ya pasó más de un mes desde el inicio de la cuarentena (17 de marzo) y 22 días de la suspensión de actividades comerciales no esenciales (1 de abril), pero el gusto de comer cochinita pibil y lechón al horno no decae entre los yucatecos y meridanos.

Cada fin de semana abren cientos de pequeños puestos de esos guisos en los domicilios de Mérida y, como si fuera un ritual obligado, la gente acude para comprar estos deliciosos menús yucatecos ancestrales, pero con la diferencia de que ahora no se permite comer al aire libre ni en las fondas por las medidas sanitarias contra el coronavirus Covid-19, sino que este popular alimento regional se lleva en casa por kilo, en tortas de francés o tacos.

Es común observar en las calles filas para comprar cochinita para el desayuno sabatino o dominical y generalmente las “latas” de estos guisos se agotan antes del mediodía. En un recorrido dominical por algunas colonias donde suelen vender cochinita y lechón al horno se observó que la demanda de estos dos guisos no baja, se mantiene esta costumbre, pero con la diferencia de que ahora la mayoría de los compradores guardan “sana distancia” o van protegidos con cubrebocas, pero no todos cumplen este “protocolo”.

Para el doctor en Sociología Othón Baños Ramírez, el consumo de la cochinita pibil y el lechón al horno es una costumbre muy profunda, esos dos guisos están en el corazón de la cultura culinaria yucateca y por ello los consumidores corren el riesgo de salir a la calle para comprar su dotación del desayuno.

La cultura culinaria bien arraigada de la cochinita pibil y el lechón ocasiona que los fines de semana miles de personas disfruten este guiso porque no es fácil elaborarlo diario ni en casa, y por ello prefieren comprar a quienes tienen la experiencia, la sazón y son expertos en esta cocina.

En opinión del doctor Baños Ramírez, ningún otro platillo yucateco tiene la capacidad de convocatoria de la cochinita pibil. Y eso se demuestra porque hay restaurantes que ofrecen comida yucateca tradicional y la gente puede conseguirla por medio de pedidos o ir por ella, pero la gente prefiere comer los sábados y domingos cochinita y lechón al horno.

La cochinita pibil le dio a Yucatán, el 6 de marzo de 2016, el Récord Guinness de la Cochinita Pibil más grande del mundo con una marca de 6,626.50 kilogramos, con lo cual Yucatán recuperó el récord que le habían arrebatado en Filipinas con un peso de 4.2 toneladas.

Primero Yucatán impuso el Récord Guinness de la Cochinita Pibil más grande del mundo con 3,094 kilogramos de este guiso en marzo de 2010, pero Filipinas rompió ese récord con 4,200 kilogramos. Entonces, la Fundación Yucatán Produce, bajo la presidencia del empresario Pedro Cabrera Quijano, con apoyo del gobernador Rolando Zapata Bello, organizaron la mega cochinita pibil en el marco de la Expo Campo 2016 e impusieron el nuevo récord, hasta hoy vigente en el Libro Guinness.

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Comida

El sociólogo Othón Baños Ramírez habla sobre el encierro domiciliario.

Come en casa

“Mucha gente sale y prefiere comer fuera de casa, pero ya no se hace por el coronavirus, y ahora lo compra y come en su casa”, indicó Baños Ramírez. “Es la forma más sencilla de seguir disfrutando ese menú, aun en el encierro domiciliario”.

Capacidad de convocatoria

En la opinión del doctor en Sociología, ningún otro platillo yucateco tiene la capacidad de convocatoria de la cochinita pibil.