Alfredo Cicerol Ojeda niña Marina

Presbítero Alfredo Cicerol Ojeda, rector de la iglesia Villita de Guadalupe lamenta el fallecimiento de la niña Marina

MÉRIDA.- Luego de darse a conocer la noticia de que la pequeña Marina había perdido la  vida al caerle encima una banca de la iglesia Villita de Guadalupe, el presbítero Alfredo Cicerol Ojeda, rector del templo mencionado lamentó los hechos.

“Estamos muy tristes, adoloridos y rogamos a Dios para que les de todo el consuelo y fortaleza a los padres de la niña Marina R.P., quien falleció la madrugada de este lunes, a raíz de un accidente en el que se cayó sobre el cuerpo de la menor una banca de la Iglesia Villita de Guadalupe, expuso el presbítero.

El sacerdote indicó que el lamentable hecho ocurrió el domingo 7 de enero pasado.

Aclaró que él no se encontraba en el templo situado en la colonia Gonzalo Guerrero ya se había retirado al concluir la misa y le explicaron que la niña de 4 años de edad se colgó de una banca y esta se volteó y cayó sobre el cuerpo de la menor.

La niña fue llevada al médico inmediatamente.

El sacerdote reiteró que las bancas de este templo son de madera y son pesadas.

La niña estuvo internada varios días en conocido hospital privado situado en Altabrisa.

Le explicaron que a raíz del golpe, el duodeno que es donde inician los intestinos, se golpeó y también otros órganos se lastimaron.

Se dijo que los padres de la menor forman parte de la comunidad cubana en Mérida y también del coro Kaliz que canta en la Villita de Guadalupe.

Se apoyó a los padres

El padre Alfredo Cirerol expuso que conoce y aprecia desde hace muchos años a este matrimonio.

Explicó que se apoyó a los padres de familia en aspecto moral, espiritual y económico  para los gastos de la hospitalización.

Comentó que se hicieron colectas en la Villita de Guadalupe, en María Inmaculada. De igual forma el templo donde ocurrió el accidente apoyo con una parte.

El velatorio de la menor se realizó el lunes en La Piedad y también ayer mismo fueron cremados los restos mortales.

El padre Cirerol expuso que a raíz de este accidente con la banca, las demás fueron aseguradas al piso del templo, de modo que ya no se podrán mover.

El sacerdote reiteró que este fue un lamentable accidente, en el que nadie se tiene la culpa, del cual no se tiene antecedente en la Arquidiócesis de Yucatán y por el cual la Iglesia local está de luto.

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