Este lunes 24 de octubre se llevó a cabo la inauguración del Festival de las Ánimas en el centro de Mérida, una gran celebración
El festival de las ánimas se inauguró la noche de este lunes en el centro de Mérida, una celebración que recoge el sentido de una tradición.
Nos revela ese deseo de recibir felices a aquellos que se han adelantado en el inevitable viaje sin retorno.
Un rosario por los que se han marchado ya, en las voces de las resadoras al frente de la ofrenda, rica en viandas, fotografías y todo aquello que gustaba a quien se ha ausentado.
En lengua maya el saludo del ángel de la anunciación a la Virgen María, suena a sincretismo, ese que se nutre de la cosmovisión y el misticismo que surge del encuentro de dos culturas para surgir una nueva identidad.
Trova yucateca, poesía hecha canción, se hace presente en las voces de los tríos que se turnan para alegrar la velada.
Mientras el incienso va impregnando todo en derredor van creando la atmosfera, va anunciando la llegada de nuestros seres queridos, a los que recordamos con cariño aún sin ser tangibles.
Una docena de fotografías del artista de la lente Alejandro Poot Molina “Chelón”, conforman la exposición Ujaanal Pixanoob (comida de ánimas); que recrea estampas de la cotidianidad done los protagonistas son nuestros muertos.
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Tan solo esqueletos revestidos, toman el lugar de los vivos haciendo lo que habitualmente hacemos quienes aún estamos en este plano.
Las composiciones son una alegoría a la naturaleza humano, todos efímeros, transitorios y pasajeros, del polvo venimos y al retornamos, nada de lo que traemos puesto ni aquello que poseemos nos hemos de llevar.
La muerte, lo único cierto en la vida, ineludible, expectante, tan cercana y a la vez tan temida, un plano incierto dónde lo material y lo físico carece de presencia, a todos nos llegara tarde o temprano.
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