Con un baño desinfectante y con gel antibacterical para las manos comienza el recorrido para ingresar al mercado Lucas de Gálvez, donde el bullicio de los marchantes se encuentra apagado y predominan los comercios cerrados. Quienes todavía se encuentran vendiendo también parecen haber perdido la alegría.
Unas mestizas provenientes de Tekit de Regil comentaron que la venta de sus tortillas para panuchos se ha visto disminuida. A su alrededor, conforme uno avanza, hay uno que otro puesto abierto, con muy poca mercancía.
Algunos comerciantes comentaron que la situación les “está pegando duro” porque sí están vendiendo mucho menos, y han tenido que aumentar el precio de algunos productos para ganar unos cuantos pesos. Una vendedora de hojas de plátano tuvo que poner en oferta su producto porque “no salió la venta”. Este año no vendió como en años anteriores en los que su producto era muy demandando para la Semana Santa.
En el área de frutas la sonrisa y el ambiente de “relajo” contrasta con el área de verduras, incluso hay quienes aseguran en esa zona que sus ventas han continuado con buen ritmo, ya que como son productos básicos, la gente aún compra.
Al llegar al mercado de San Benito el olor a carne cruda es más intenso que de costumbre. Ahí el movimiento igual es escaso. los carniceros invitan a los presentes a pasar a sus mesas, que ahora están llenas de carne ante la falta de clientes. “Sí han bajado las ventas y mucho”, coinciden los comerciantes.
