Pobladores de Tahdziú y sus alrededores agradecieron a las deidades mayas por las bendiciones y la cosecha que han podido recoger en el último año.
Con un huajikool, Demetrio Valle Cante productor del municipio de Tahdziú, agradeció a las deidades del monte y al Dios supremo por la cosecha lograda este año y al mismo tiempo pidió que este nuevo ciclo productivo que inicia, sea exitoso.
Los preparativos de la ceremonia
Desde muy temprano, iniciaron los preparativos para la elaboración de los alimentos que serían ofrendados en la ceremonia que fue precedida por el sacerdote maya Dol Ek Chi.
El sacerdote elevó sus cantos para invocar a las deidades y al Dios supremo para que reciban la ofrenda que les habían preparado y cuyos ingredientes provenían de la milpa.
Durante la mañana se mataron a las gallinas y pavos, que fueron parte importante de los sagrados alimentos que se prepararon por hombres y mujeres que se dieron cita para participar en la actividad.
Entre risas y alegrías de las mujeres y niños, se prepararon los alimentos, y cerca del mediodía se enterraron los pibes como se hace tradicionalmente, y una hora más tarde se desenterraron para que se prepare la sopa.
Una vez listo el kool y la sopa, el j-men comenzó con la ceremonia, dirigida a las deidades y al Dios supremo a quienes les ofrendó los alimentos en agradecimiento por la cosecha lograda este año.
¿Quién lo llevó a cabo?
Demetrio Valle Cante informó que hace tres años que no lo hacía debido a la pandemia y porque su esposa se había enfermado mucho, sin embargo, este año se organizó con sus hijos para poder hacerlo.
Señaló para ellos que se dedican al trabajo del campo, saben la importancia que tiene el conservar las tradiciones y sobre todo inculcárselo a los niños y jóvenes.
Indicó que por eso es importante hacerles ver a los niños y jóvenes la importancia de estas costumbres porque forman parte de sus tradiciones como pueblo maya.
Finalmente señaló que mientras viva, continuará con esta tradición y si Dios le presta vida el próximo año lo volverá a hacer y confía en que sus hijos y nietos seguirán con esta tradición por muchos años.
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