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En la sala de velaciones de la funeraria municipal “Amparo”, en la calle 31-A entre 110 con 112 de la colonia Vicente Guerrero, acompañada de familiares y amistades Mireya Segura Puc, viuda de Diego Armando Bojórquez Collí, tercera víctima del derrumbe del bar Mocambo, narra el vía crucis que vivió para encontrar a su esposo, identificarlo y reclamar el cadáver.

La única ayuda que recibió fue del alcalde Julián Zacarías Curi, quien le dio $5,500 para pagar el traslado del cuerpo de su esposo.

El dueño del bar Mocambo, donde ocurrió el accidente, no se ha presentado a hablar con ella, no ha dado la cara, a pesar de que se dice que está apoyando a los heridos y familiares de los fallecidos.

Mireya Segura, de 21 años, de los cuales cinco vivió con Diego Bojórquez, señala que no pretende lucrar con el fallecimiento de su esposo, quien el domingo estaba en el lugar equivocado; confirma que interpuso denuncia penal ante la Fiscalía estatal por la muerte de su marido a causa de las graves lesiones que sufrió al caerle los escombros de la marquesina del bar Mocambo.

—No voy a lucrar con la muerte de mi esposo, pero considero que debo recibir una indemnización justa por su fallecimiento.

Diego Armando tenía 31 años y trabajaba como panadero.

El domingo salió de su casa a las dos de la tarde y ya no volvió.

Por la noche se enteraron del desplome de la marquesina del Mocambo, pero no se imaginaron que una víctima fuera el tahonero.

Mireya Segura explicó que vieron una imagen que circulaba por las redes sociales de las víctimas del derrumbe del Mocambo y lo relacionaron con su esposo; acudió al IMSS de este puerto y le dijeron que no atendieron a nadie con ese nombre.

Fue a la Fiscalía estatal el domingo a las 11:30 de la noche, pero no le dieron informes.

Se trasladó a Mérida acompañada de amistades, primero al hospital Juárez del IMSS para averiguar, pero no estaba entre los lesionados; entonces se dirigió al Servicio Médico Forense y ahí en la madrugada encontró el cuerpo de Diego Armando, le mostraron su credencial del INE y después lo identificó.

Le dijeron que tenía que acudir a la agencia de la Fiscalía estatal de este puerto para solicitar orden para reclamar el cuerpo; fue hasta las 9 horas del lunes cuando lo obtuvo y lo llevó al Semefo.

El traslado a este puerto quedó a cargo de la funeraria “Nieves”, les dijeron que sería a las 3:30 de la tarde pero se demoró, así que desesperada acudió al Palacio Municipal el mismo lunes a las 8 de la noche y habló con el alcalde, quien le dio $5,500 para pagar a la funeraria.

El regidor Armando Reyes Maldonado, explicó, se comunicó con la funeraria “Nieves” para agilizar el traslado del cadáver, el cual trajeron a la 1:30 de la mañana del martes.

El cuerpo fue velado en la funeraria municipal; el Ayuntamiento proporcionó los servicios que incluyen ataúd, sala de velaciones y sepelio.

Los funerales se llevaron al cabo ayer martes a las 10 horas.

Mireya Segura vivía con su esposo en un predio de la calle 35 entre 122 y 124 de la colonia Nueva Yucalpetén.

Hace tres semanas falleció Martha del Pilar Collí Montejo, mamá de Diego Armando, a quien le sobrevive su hermano Esteban.