Fotografia de la Edición Impresa

Mare gordita, fíjate que el otro día en plena carretera me atacó una tirixtá bien cañona. Ni pex, me tuve que meter al monte a echar mi canción, pero cuando terminé no tenía ni papel ni calcetines, así que arranque las hojas de una mata que estaba por allí, pero no vi que eran de chaya y ¡Uay! Hasta ahorita me arde la coliflor.

Ortencio Pech

Pues qué te puedo decir mijo, pa’ pe…. rico no se estudia. A ver si para la próxima te vas fijando más, porque si no, cada vez que te sientes en tu trono, vas a sentir como si uno de esos negrotes de las pornochas que ves, te la estuviera empujando por detrás. A la larga puede que te acostumbres y hasta te guste.