Valladolid.- “No lo hagas, pero terco, se bajó y lo hizo, ahora ojalá le sirva de escarmiento”, expresó Jovita Rivero, luego que polis de Valladolid  detuvieron a su pareja sentimental de nombre Arturo González, quien propinó un machetazo a un sujeto en los alrededores del mercado municipal y la causó una herida grave en el brazo derecho.

Los hechos ocurrieron cuando Arturo González, quien conducía un auto   Attitude, color azul, se detuvo en un semáforo para hacer alto, en el momento que un sujeto intentaba cruzar la calle caminando, pero por momentos vacilaba en hacerlo.

Esto  originó la molestia del conductor, quien lo comenzó a agredir verbalmente.

El peatón respondió a los insultos, de tal modo que ambos comenzaron una discusión.

Ya enchilado,  el automovilista sacó debajo de su auto un machete, se bajó y fue directo contra   el peatón, a quien le dio un machetazo que por poco le  corta la extremidad. Testigos de los hechos indicaron que hasta el hueso del brazo se le vio al agredido, por lo que comenzó a salir mucha sangre.

Dos personas  intentaron detener al agresor, pero éste se subió a su auto y se dio a la fuga, recorriendo algunas calles del centro de la ciudad.

El lesionado fue apoyado por un motociclista y entre ambos comenzaron a perseguir a Arturo González, hasta que en la calle 37 entre 36 con 38 le dieron alcanza y le cerraron el paso. En ese momento pasaba una patrulla de la Policía Municipal, a cuyos agentes le pidieron auxilio.

Los uniformados le cerraron el paso al agresor para que no siga avanzando y le pidieron  que se baje del auto, pero éste, haciendo alarde de soberbia, no lo hizo en su momento, incluso amenazó a un uniformado, pero éste le mostró la pistola que llevaba en el cinto, lo que hizo que el agresor desistiera de su actitud.

En cuestión de minutos se llenó la calle de patrullas y policías, por lo que bajaron al agresor, lo esposaron y subieron a otro vehículo policíaco.
Paramédicos  atendieron al herido y lo llevaron al hospital. La Policía halló y decomisó el arma como prueba de la agresión.

En el interior del auto viajaba Jovita Rivero, pareja sentimental del agresor, además iban dos niñas que lloraban.  “No es la primera vez que se comporta así y siempre le he dicho que no lo haga”, dijo su mujer.