Fotografia de la Edición Impresa

El Real Madrid accedió a la Final del Mundial de Clubes, en la que se medirá al Al Ain, tras comenzar con paso firme su camino a la tercera corona consecutiva liderado por Gareth Bale, que castigó con un triplete la endeblez defensiva del Kashima Antlers.

El cuadro nipón, en los dos primeros minutos, obligó a Courtois a ser de nuevo salvador, con una mano abajo a disparo cruzado de Serginho, y en el córner posterior el balón se paseó por el área chica tras ser peinado por Shoji en el primer palo.

El aviso estaba lanzado. Lo sufrido hace dos años se repetiría si los madridistas no igualaban el nivel de intensidad del Kashima, que buscó el físico para hacer daño mientras que el equipo español quería el balón. Reaccionó desde él. Con arrancadas de Bale por la izquierda y un dominio basado en el orden que aportó Marcos Llorente.

El premio para el Real Madrid llegaba a un minuto del descanso. El equipo blanco explotaba el punto débil del rival, su fragilidad defensiva, cuando Bale conectó con Marcelo y lanzó el desmarque al toque medido, picado, que cayó muerto para que el galés lo enganchara en carrera. El disparo ajustado al poste fue inalcanzable para el portero japonés.

El central no observó la salida de su portero, pendiente de la carrera de Bale. Cuando se toparon en la salida del área de su compañero, hizo lo que nunca debía. Tocó el balón a un lateral en vez de despejarlo con potencia fuera y el galés sacó oro de su presión. A puerta vacía marcó y dos minutos después cerró su mejor partido del curso con un zurdazo a una escuadra.

Con todo sentenciado, sólo quedaba esperar el final regulando esfuerzos. El Kashima buscaba el tanto de la honra y al contragolpe perdonaron Carvajal y especialmente Lucas Vázquez, en un mano a mano que resolvió con un balón picado blando a las manos del portero.

El premio al conjunto japonés llegó con intervención del VAR. Marcelo rompía el fuera de juego y el disparo raso de Shoma Doi no lo alcanzaba Courtois. El Real Madrid recuperó su firmeza para acceder a la Final de una competición que está obligado a ganar para poner un buen broche al 2018.