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A últimas fechas la relación entre directivos y jugadores mexicanos, en especial los que militan en el extranjero ha sufrido fisuras derivadas de los manejos que le han dado los directivos estos seis meses a la Selección Mexicana. Dicha situación ha provocado ciertas actitudes en algunos líderes del Tri. Aunado a ello se suma la deuda que se tiene con los jugadores mundialistas, a los que se les debe el pago de premios y primas mundialistas.

No se les ha pagado dicho acuerdo porque FIFA no les ha dado luz verde a los premios que se ganaron en la pasada Copa del Mundo. Y los que manejan el dinero en la Femexfut no autorizan el pago de las arcas del organismo basados en que ese dinero no es justificable de gastos hasta que entre a la cuenta. Situación que si bien no ha sido detonante para una queja o un pretexto para no acudir a los llamados, es un tema que preocupa a algunos de los perjudicados por cómo se ha desarrollado la situación en últimos meses con el Tri. La realidad es que hace mucho tiempo que la Selección Mexicana no se veía endeble, parchada, desorbitada y con falta de autoridad y disciplina como ahora. El grupo no se ve bien. Se les nota ausentes y molestos, en especial a los que militan en el extranjero, prueba de ello las declaraciones de Guillermo Ochoa el viernes pasado en contra de las formas de trabajo hasta el momento. Sin embargo, los directivos mantienen la calma, puesviene un plan de reestructuración para selecciones nacionales donde se contempla una renovación paulatina que traerá caras nuevas al Tri.