muere en un centro de rehabilitación de Mérida

Un abuelito muere en un centro de rehabilitación de Mérida, los encargados explicaron cómo ocurrió la terrible tragedia

Un lamentable hecho se registró este viernes, ya que un abuelito muere en un centro de rehabilitación de Mérida, aquí toda la información.

Triste mañana

En los primeros minutos de este viernes, la Fiscalía General del Estado (FGE) y la Policía Estatal de Investigación (PEI) de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), realizaron diligencias en un anexo ubicado en el periférico de Mérida tras el reporte del fallecimiento de una persona.

Datos obtenidos al respecto indican que el occiso fue un hombre de 64 años de edad identificado como Mario Alberto C. C., quien de acuerdo con los reportes obtenidos habría sufrido un infarto agudo al miocardio, lo que le arrebató la vida.

¿En dónde ocurrió la tragedia?

Los encargados del lugar, ubicado a la altura del kilómetro 21, muy cerca del puente del fraccionamiento Los Héroes, dijeron a la policía que el señor contaba con varias patologías, por lo que al momento de hallarlo inconsciente llamaron a las autoridades a través del número de emergencias 9-1-1.

En minutos llegaron al lugar socorristas de la SSP, quienes luego de valorar al hombre determinaron que ya no contaba con signos vitales, es decir, ya había fallecido.

De inmediato el lugar fue asegurado por los elementos policiacos y más tarde llegó personal de la Fiscalía, quienes comenzaron con las investigaciones.

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Los encargados del lugar explicaron que el hombre, como ya se dijo, presentaba varias patologías. Los peritos y criminalistas realizaron las diligencias y determinaron que no había indicios que pudieran hacer pensar en la configuración de un delito, por lo que explicaron a los encargados que si no había nadie que se haga cargo del cuerpo ellos se lo llevarían al Instituto de Ciencias Forenses donde los familiares lo reconocerían después.

Sin embargo, horas más tarde habrían llegado a los lugares familiares del occiso, quienes pudieron contratar los servicios de una funeraria la cual, con el apoyo de un médico, pudo certificar la muerte del sexagenario y fueron ellos quienes finalmente se hicieron cargo del cadáver, por lo que ya no hubo intervención de las autoridades.

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