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Rufino Basto Ucán, de 80 años, sí que se la pasó en la piscina y no porque se haya ido remojar. Al contrario, fue porque se cayó en ella cuando se acercó a ella. El chisme ocurrió durante la pachanga de una boda una sala de fiestas en el fraccionamiento Labná.

El hecho tuvo lugar ayer sábado, a las 8 de la noche, en el local ubicado en la calle 61 entre 22 y 24. Se supo que el hombre se acercó a la piscina, la cual estaba vacía, y debido a su estado cayó en ella de cabeza. Hasta ahora no se sabe si iba a wixar o solo a verla.

La piscina en la que se azotó tiene tres metros de profundidad. Por la caída, el hombre , sufrió una cortada en su cabeza y estuvo casi una hora en el interior de la piscina hasta que uno de los invitados lo descubrió.

Al lugar llegaron paramédicos de la Cruz Roja para atender el reporte así como policías municipales para tomar conocimiento de los hechos. El abuelito fue trasladado al hospital en una ambulancia.