El entrenador argentino, Bruno Marioni en el entrenamiento astado

La premisa fue clara desde que los Venados quedaron eliminados en la liguilla del pasado Torneo Apertura: la base es vital para el club.

Hace unos días, Rodolfo Rosas Cantillo, presidente de los ciervos, nos había comentado que si algo han retomado en la directiva —después de un espantoso bache con José Luis Sánchez Solá al frente del equipo— es ese convencimiento de que poco a poco, y sin cambios bruscos, las cosas se darían.

Así, la edición 2018 de los Venados será muy similar a la que clasificó en el Apertura. Hubo ocho altas —contando al chileno Alfonso Urbina—, pero la base, esa que sacó a flote muchos partidos, se mantiene, y en teoría con mucha mayor solidez.

El portero titular, salvo que diga otra cosa el argentino Bruno Marioni, será nuevamente Armando Navarrete, y la zaga recaerá en un renovado Manuel López Mondragón, además de los argentinos Braian Molina y Gabriel Báez, quienes tuvieron un bastante agradable primer semestre enfundados en la camiseta de los astados.

El todoterreno Andrés Iniestra es otro de los que se mantiene. Adelante, Luciano Nequecaur no abandonó Venados.

Hay esperanza y van poco a poco, pero los Venados quieren, tienen ganas… lo demás se verá en la cancha.