La marginación y la pobreza son pendientes que, según dio a conocer un investigador boxito, aún tiene que resolver el gobernador Mauricio Vila Dosal

Yucatán es una isla de seguridad, algo muy diferente con el panorama de sus vecinos peninsulares y la abismal situación que prevalece en casi todo México.

Ese clima de inestabilidad social que se aprecia y se cuantifica en estadísticas, particularmente en Quintana Roo, exhiben a Carlos Joaquín González, que de acuerdo a un reciente sondeo se ubica entre los cinco gobernadores peor evaluados en el país, en el lugar 29 de las 32 entidades de la República, con un porcentaje de 21.4% de aceptación. En una posición nada halagüeña, el jefe del ejecutivo de Campeche, Carlos Aysa González, también tiene una calificación baja, 25.5%, en el sitio número 23.

En contraste, Mauri Vila Dosal, gober de Yucatán, está a la cabeza, con una evaluación sobresaliente de 78.4%, según los resultados de la encuesta “Rankingmitofsky: Gobernadores y gobernadoras de México” que con datos hasta septiembre pasado, el martes 8 dio a conocer la empresa Consultora Mitofsky.

Así interpreta el doctor Martín Rodrigo Echeverría Victoria, profesor investigador en el Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, los resultados de la encuesta en la que advierte el carácter endeble de Quintana Roo en la seguridad social, en contraposición con Yucatán.

“La mala evaluación del gobernador Carlos Joaquín está ligada a lo vulnerable que es Quintana Roo, una entidad abierta a mucha gente que puede hacer daño, y donde a diferencia de Yucatán, hay una población migrante, flotante y a veces oportunista que no permite una cohesión social, el arraigo de sus habitantes a una identidad y costumbres, lo que abre un flanco indefenso frente al crimen, cosa que no sucede en Yucatán”, subraya el yucateco, maestro en Comunicación Política y Opinión Pública por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, España.

“Veo varias condiciones estructurales, históricas que hacen que la escalada de violencia que hay en Quintana Roo se presente de manera menos probable en Yucatán. En nuestro estado hay una clara fuerza de contrastes con el resto del país. Los yucatecos se sienten y lo son, a nivel de opinión pública, privilegiados de vivir en una ciudad, en un estado muy seguro. Y la seguridad es un indicador que en el caso de Quintana Roo marca al gobernador”, agrega.

En relación con el sobresaliente porcentaje —en términos de la encuesta— de aprobación del gobernador yucateco, el académico, explica que es reflejo de que “sabe capitalizar el momento de Yucatán como un estado excepcionalmente seguro”.

“Me parece que Mauricio Vila sabe atesorar el momentum de Yucatán. El prestigio de la seguridad de un estado a nivel nacional e internacional le sirven para posicionarse en el primer sitio de la encuesta, que después de analizarla le doy toda credibilidad”, explica el doctor Echeverría Victoria.

El comunicólogo precisa que la diferencia del porcentaje de aprobación entre Vila y el segundo lugar, Quirino Ordaz Coppel, gobernador de Sinaloa, es de más de 10 puntos porcentuales, “una diferencia abismal que es como hacer una encuesta en dos países distintos”.

“La aprobación del gobierno y de quien lo encabeza está directamente relacionada con el tema de la seguridad que hay en Yucatán, donde hay una unidad de mando que recae en el mismo secretario de Seguridad Pública (Luis Felipe Saidén Ojeda). Hay condiciones estructurales, orográficas y elementos, como la cohesión social, el arraigo de la gente a una identidad y costumbres que no se presentan, por ejemplo en Quintana Roo”.

“La posición del gobernador de Yucatán en el ranking no es tan distinta a la que en su momento tuvo Rolando Zapata (Bello, ex gobernador).

Es interesante, hay una especie de inercia que hace que la aprobación de las autoridades sea constante y alta, aun si hay algunos yerros, pero no hay que restarle méritos a Mauricio Vila que no sólo mantiene sino acrecienta ese nivel aprobatorio social”, apunta.

Sin embargo, el investigador yucateco advierte que aunque hay motivos para festejar, el hecho no debe impedir que el gobierno yucateco haga una autocrítica de los desafíos y problemas aún pendientes por resolver, como la pobreza y marginación, los salarios, muy por debajo del promedio nacional, la violencia intrafamiliar, los suicidios y el alcoholismo, entre otros.

“Me preocupa que los buenos resultados de Mauricio Vila le haga desviar la mirada y pensar que todo va bien en Yucatán, porque todavía hay pendientes por atender, no sólo los sociales y económicos, también los problemas de urbanización, el crecimiento horizontal de Mérida, el cuidado del medio ambiente, el deficiente transporte público y otros temas más que representan un desafío para reivindicar esa distinción”, concluye el doctor Martín Echeverría.