Ciudad del Vaticano, (EFE).- En otra iniciativa para pedir el fin de la pandemia y recordar a fallecidos y aquellos que han estado en primera fila contra el virus, el papa Francisco rezó el rosario ante la gruta de Lourdes representada en los Jardines Vaticanos y en conexión por internet con unos 50 santuarios marianos de todo el mundo.

El Santo Padre rezó el silencio el rosario frente al lugar de los jardines vaticanos donde se realizó una copia idéntica de la gruta de la aparición del santuario de Lourdes, en Francia, en una ceremonia a la que asistieron un centenar de personas, todas ellas con mascarillas y distanciadas de un metro.

Conectadas por internet, como se pudo ver en las pantallas colocadas en este espacio de los jardines vaticanos, siguieron la oración unos 50 santuarios marianos de todo el mundo.

Entre ellos el de nuestra Señora de Covadonga, en España; el de Guadalupe, Nuestra Señora del Remedio y de San Juan de los Lagos en México; de la Chiquinquirá, en Colombia, de Lujan y los Milagros, en Argentina y Maipú en Chile.

El papa Francisco agradeció en español la presencia de los santuarios de América Latina y que hayan estados “unidos en oración” y “por estar cerca” y pidió que “Nuestra Madre de Guadalupe nos acompañe”.

El Papa Francisco pide a la Virgen acabar la pandemia

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Intercesión mariana

Se trató de una nueva iniciativa del Vicario de Cristo para pedir la intercesión de la Virgen María ante la pandemia del coronavirus que causó casi 6 millones de contagiados y más de 360,000 muertos en todo el mundo y que está provocando una grave crisis económica.

Siguieron el rosario desde el santuario de Czestochowa de Polonia; el de Fátima, en Portugal; el santuario de la Inmaculada Concepción, en Washington o el de Elele, en Nigeria.

Durante la ceremonia, el Papa pronunció la dos oraciones que escribió a la Virgen en este momento de pandemia y en las que pidió: “Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en juicio, y líbranos de todo peligro, gloriosa y bendita Virgen”.

El papa Francisco suplicó para que María sostenga “a las personas angustiadas, infunda confianza a quienes viven en la ansiedad por el futuro” y para “que termine esta prueba y que vuelva un horizonte de esperanza y de paz”.

También rogó a María para que “ilumine la mente de los hombres y mujeres de ciencia para que encuentren un remedio a la enfermedad”, y rezó por “los responsables de las naciones, para que actúen con sabiduría, solicitud y generosidad”.

Una gran familia humana

Y pidió a la Virgen que “toque las conciencias para que las enormes sumas dedicadas a aumentar y perfeccionar los armamentos se dediquen a promover estudios para prevenir catástrofes similares en el futuro”, y que haga “crecer en el mundo el sentido de pertenecer a una única gran familia humana”.

Las docenas del rosario fueron recitadas por los hombres y mujeres que representan las diversas categorías afectadas por el virus: un médico y una enfermera, que representan al personal de atención médica; una persona curada del virus y otra que ha perdido a un miembro de la familia.

Además, por un capellán y una monja, en memoria de los sacerdotes y las personas consagradas cercanas a los enfermos; un farmacéutico y un periodista para destacar a aquellos que han continuado realizando su valioso servicio para otros; un voluntario de Protección Civil y una pareja con su hijo que nació en este momento, para recordar a todos los niños que vinieron al mundo en estos momentos.

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