Por esta razón, durante Día de Muertos, no debes dejar los trastes sucios en la casa.
Como sabemos, en Yucatán existen un sinfín de historias sobre Días de Muertos, las fechas cercanas a las celebración de los fieles difuntos, o mejor conocida como, Hanal Pixan, para estos días, se debe limpiar la casa, lavar toda la ropa, los trastes y la casa en general, todo debe estar impecable, la razón, es que según los abuelitos, cuentan que, vendrán las ánimas y lo harán ellas mismas.
En varios poblados de Yucatán, tienen la costumbre de ‘calear’ las casas y las albarradas, eso quiere decir que con cal y agua forman una especie de pintura con la que pintan las bardas hechas de piedras sin cemento, como parte de una tradición que ayuda a las almas a seguir la luz hacia sus hogares, ese año María Jesús se encontraba deprimida pues su madre había muerto meses atrás y no tenía ganas de nada.
Su abuela le pidió que labara los trastes
Su abuela con la que vivía le había encargado a María Jesús que lavara los trastes, pues ella, su abuela, se encargaría de la decoración del altar para los santos difuntos y junto con sus tías elaboraría el sagrado ‘pib pollo’ una especie de tamal gigante que se hace bajo tierra, en un horno de leña, María Jesús dijo que sí pero se encerró en su cuarto y ante la depresión se quedó dormida.
¿Qué hizo con los trastes?
Ya en la tarde noche María Jesús había despertado y su abuela había terminado su laborioso trajín, sin embargo la joven al verse superado por responsabilidad tomó una palangana grande y colocó los trastes del desayuno y almuerzo de la familia en ese recipiente, los llevó a su cuarto y les puso una sábana blanca encima.
A la abuelita se le hizo extraño no encontrar algunos de sus trastes, sin embargo ante la premura de la visita de unos familiares optó por sacar aquellos platos y trastes de lujo que se usan en ocasiones especiales, todos cenaron, incluso María Jesús tomó una rebanada grande de pib pollo y otra de xpelón, se fue a la sala con sus primos a platicar un rato y después a su cuarto.
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Escuchó ruidos en su cocina
Cuando estaba a punto de dormir, recordó que estaban los platos sucios y los llevó al fregadero, pensó que los lavaría temprano antes que todos se levantaran y nadie se daría cuenta de lo sucedido, sin embargo ya en su cuarto a altas horas de la noche escuchó que su abuela estaba lavando los trastes y se sintió mal, así que decidió ir ayudarle o hacerle compañía de perdido.
Vio a su madre recién fallecida
Gran sorpresa se llevó María Jesús cuando a la que vio lavando trastes era a su madre recientemente fallecida, sin embargo esta lloraba entre susurros como si algo le pasara o le pesara, la joven se asustó mucho y pegó un fuerte grito que levantó a su abuela, en ese momento el alma de su mamá se desvaneció poco a poco y la taza que lavaba cayó al suelo partiéndose en muchos pedazos, justo en ese instante llegó la abuela y dijo, “vino a comer su ofrenda y no podrá hasta terminar los quehaceres”.
Desde entonces María Jesús entendió la importancia de limpiar las casas en fechas cercanas al día de muertos o Hanal Pixán, jamás volvería hacer llorar al alma de su madre por un descuido de ella.
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