Una víctima de ‘canasteo’ más en el país, el cruel método que delincuentes están implementando para sus fechorías, ahora está embarazada
Una joven 15 años fue una víctima de ‘canasteo’ luego que le pusiera droga a su gomichela, el caso a consternado a la sociedad, quienes alertan sobre este tipo de métodos.
Una adolescente de 15 años fue víctima de una violación en el Barrio Bravo de Tepito, en la alcaldía Cuauhtémoc, después de consumir una ‘gomichela’ que contenía una droga que la dejó inconsciente. La joven quedó embarazada de su agresor y denunció el hecho ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX), que ya inició una investigación.
El suceso ocurrió en el Centro Deportivo Luis Villanueva ‘Kid Azteca’, ubicado en la calle Rivero 85, donde la menor acudió con unos amigos. Allí le ofrecieron una ‘gomichela’, una bebida que mezcla cerveza con dulces y que suele venderse de forma clandestina en varios puntos de la ciudad.
La joven no se percató de que su bebida tenía una sustancia que la adormeció y la hizo perder la memoria. Al despertar, no recordaba nada de lo que había pasado, pero tiempo después se enteró de que estaba embarazada.
La ‘gomichela’ es una de las formas que utilizan los delincuentes para cometer el ‘canasteo’, un delito que consiste en drogar a una persona sin su consentimiento para abusar sexualmente de ella o robarle. Este tipo de agresiones son cada vez más frecuentes y se dan principalmente en antros, bares o lugares de reunión de jóvenes.
El ‘canasteo’ puede tener consecuencias graves para la salud de las víctimas, como daños neurológicos, psicológicos o incluso la muerte por sobredosis. Además, las sustancias que se usan para drogar a las personas son difíciles de detectar en los análisis médicos, lo que dificulta la identificación y el castigo de los responsables.
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A pesar de los operativos que se han realizado para clausurar las chelerías clandestinas donde se venden las ‘gomichelas’, estas siguen operando en muchos lugares, sobre todo en Tepito, donde se estima que hay una chelería cada tres cuadras. A estos sitios acuden decenas de personas, incluyendo menores de edad, que se exponen al riesgo de ser víctimas del ‘canasteo’.
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