Ramón López Velarde (1888-1921) fue un destacado poeta mexicano, considerado uno de los más importantes exponentes de la lírica modernista en su país
Ramón López Velarde fue homenajeado por el doodle Google, Nació el 15 de junio de 1888 en Jerez, Zacatecas, en el seno de una familia acomodada.
Desde temprana edad, mostró un gran interés por la lectura y la escritura, lo que lo llevó a desarrollar una pasión por la poesía.
Inició su educación primaria en su ciudad natal y, más tarde, se trasladó a la Ciudad de México para continuar sus estudios secundarios y preparatorianos.
En 1905, ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria, donde entró en contacto con importantes figuras literarias y políticas de la época.
Su formación académica lo llevó a ser parte activa de la bohemia literaria de la capital, en la que participó en tertulias y grupos literarios, nutriendo su espíritu creativo.
En 1908, publicó su primer libro de poesía titulado “La sangre devota”, que reflejaba ya un estilo propio y una visión del mundo en constante evolución.
El reconocimiento obtenido con esta obra le brindó la oportunidad de colaborar en diversos periódicos y revistas literarias, donde escribió ensayos y crónicas, consolidando su reputación como poeta y crítico.
En 1916, López Velarde regresó a su ciudad natal, Jerez, para ejercer como profesor en la escuela local.
Este período fue significativo en su vida y en su obra, ya que sus experiencias en el entorno rural influenciaron su visión sobre la tradición y la identidad mexicana. En esa época, compuso algunos de sus poemas más célebres, como “La suave Patria”, una oda a México que destaca por su rica prosa poética y su amor por la tierra natal.
En 1919, publicó su obra cumbre, “Zozobra”, un libro en el que profundizó en temas existenciales, la muerte y el amor, expresando una inquietud espiritual y una sensibilidad romántica. Su poesía se caracteriza por una lírica elegante, imágenes vivaces y una conexión con la esencia del alma mexicana.
A pesar de su éxito como poeta, la salud de López Velarde se debilitó debido a su adicción al alcohol y el tabaco, lo que afectó su vida personal y literaria. En 1921, a la edad de 33 años, falleció a causa de una enfermedad hepática, dejando un legado inmortal en la literatura mexicana.
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Después de su muerte, la obra de Ramón López Velarde fue revalorada y reconocida por generaciones posteriores de escritores y críticos literarios.
Su poesía se ha convertido en una representación icónica del espíritu y la identidad mexicana, y sus versos siguen siendo estudiados y celebrados en la actualidad.
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