Los Leones de Yucatán vivieron la peor de las debacles en los últimos cincuenta años en la Liga Mexicana
Amarrados a la ofensiva, con un pitcheo que, podría decirse, tuvo dos costosos parpadeos, los melenudos perdieron el choque decisivo de la Serie del Rey, 3-0 ante unos Toros de Tijuana que, desde este miércoles, en tiempo del Pacífico, son uno de dos clubes que remontan de un 0-3 para proclamarse monarcas del béisbol nacional de verano.
Pete O’Brien disparó jonrón ante Jake Thompson en la tercera entrada y luego los Toros hicieron dos carreras a cuentagotas, pero los Leones no pudieron fabricar nada ante Teddy Stankiewicz, quien lanzó seis rollos con serpentina de tres imparables.
Y esos tres hits fueron los únicos que batearon los Leones en todo este partido. A partir del Juego 4, el sábado, su ofensiva fue nulificada totalmente. Y Yucatán tristemente será recordado por esta histórica derrota de los Leones.
Los Leones se entumieron. Aunque dijeron que no pesaría estar en un partido decisivo tras estar 3-0 adelante en esta serie, los nervios se reflejaron en sus rostros desde que arrancó el partido.
Se la pasaron buscando las bardas en lugar de conectar batazos de hit, que a veces son los que ganan los partidos. Fueron escasas sus oportunidades de anotar y cuando las hubo, no pudieron con el batazo oportuno.
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Con justicia la ganaron los Toros porque ajustaron sus bazas en el momento clave. Tuvieron un juego más de vida a partir del cuarto encuentro y jugaron un béisbol a la altura de los grandes de la Liga Mexicana.
Solo los Charros de Jalisco, que remontaron ante los Saraperos de Saltillo en la final de 1971, y los Toros, que esta noche lo hicieron ante las fieras, pueden presumir de venir de atrás de un 3-0 para izar el banderín de la Liga Mexicana.
