NBA

La repercusión que ha obtenido la mejor liga del baloncesto en todo el planeta está siendo enorme. Los partidos de la NBA llegan a cualquier recóndito lugar del globo terráqueo, adquiriendo más repercusión que cualquier liga doméstica. Para millones de personas, este producto ya no se concibe como una competición norteamericana, sino que ha adquirido un cariz internacional.

Las estrellas de la liga se han convertido en auténticos ídolos de masas fuera de las fronteras norteamericanas, y sus salarios han sufrido un aumento ostensible en las últimas décadas, como consecuencia de las medidas económicas que el comisionado introdujo a finales de la década de los 80. Sin duda, uno primordial que ha marcado el futuro de la liga, hasta llegar a nuestros días, es el salary cap.

Este techo salarial, unido al salary floor, ha permitido que las dinastías en la NBA no duren un número excesivo de años, siendo habitual el cambio de vencedor del anillo varias veces en el lustro. El tener un tope máximo y otro mínimo conocidos por las franquicias para poder destinar a los salarios de su roster, es una gran opción para otras muchas disciplinas deportivas. La evolución de este techo de gasto ha sido sorprendente en los últimos 40 años, como así se puede comprobar en una reciente infografía realizada por la casa de apuestas en línea Betway.

Desde los 3,6 millones de dólares en los que comenzó el salary cap, hasta los 109 millones de dólares actuales, ha habido un crecimiento exponencial. Esto se traduce en mayor competitividad y espectáculo dentro de la cancha, al poder contar cada franquicia con al menos, una superestrella de la liga.

Los salarios han subido ostensiblemente también. Basta con ver el salario que tenía Jordan como novato, y el de Zion Williamson, actual número 1 del draft. El de los Pelicans casi multiplica por veinte lo que percibía el eterno 23 de los Bulls en sus inicios.

El progreso de la NBA es ineludible, ¿hasta dónde seguirá creciendo esta mítica competición?