Inigualable el sabor de estos tradicionales mazapanes, pues están hechos con el amor de una familia que ha encontrado en la tradición una forma de sustento

La familia Rodríguez Mena comenzó el año con mucha ilusión, pero en marzo, declarada la pandemia, tuvieron que suspender actividades, ante la incertidumbre del coronavirus, y para poder cuidarse unos a otros.

Pararon la producción y venta totalmente por un mes, y luego durante este confinamiento, con la falta de reuniones y fiestas, los pasteles que antes le pedían ahora son contados, y de tamaño pequeño.

Tere, tuvo miedo de que no se pudieran realizar los dulces tradicionales, que les han distinguido para estas fechas.

El año pasado, comenzaron con la idea, pues doña Teresita, la mamá de Tere, aprendió cuando tenía 20 años a realizar los mazapanes caseros, con unas señoras de Sotuta. Debutaron con 100 charolas,

Se perfeccionó la receta y se lanzaron a la aventura, siendo un éxito rotundo. Pues en Progreso, son la única familia que los realiza, y la noticia corrió como pólvora.

Cada charola, contiene 12 mazapanes, todos elaborados de forma 100% artesanal de principio a fin, además de contar con cuatro sabores caseros, coco, pepita de calabaza, cacahuate y almendra.

Dificultades en la producción de este año

Para este año, la pandemia les afectó en la  alza de precios, pero tras la batalla para encontrar los mejores ingredientes y los ajustes necesarios para dar un excelente precio, decidieron que sí habría producción de mazapanes este año.

Estuvieron temerosos, pues la pepita con tanta humedad por las lluvias, estuvo en peligro de echarse a perder. Por fortuna, todo se fue dando, y comenzaron a levantar pedidos.

Grande fue su sorpresa de que los pedidos comenzaron a llegar sin parar, pues, levantaron el doble del total vendido el año pasado, 200 (2400 mazapanes) charolas para entregar 30 y 31 previo a los festejos de los fieles difuntos.

Así que Mamá, papá, sus dos tíos, una tía, sus dos primas, además de su esposo y Tere, pusieron manos a la obra, y con la unión que los caracteriza comenzaron la producción de mazapanes tradicionales que adornarán los altares de Hanal Pixán.

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Teresitas Repostería tiene historia

“Yo ya no pude terminar mis estudios, por un problema fuerte de salud, pero no me di por vencida y con el apoyo de la familia salí adelante”, “Tomé cursos y seguí preparándome, comencé a vender mis galletas, cupcakes, pasteles, pero los dulces tradicionales le han dado forma al negocio”, comenta Tere visiblemente animada.

El nombre surge de que su mamá y ella se llaman Teresita, entonces quedó “Teresitas Repostería” y actualmente, reciben pedidos para entregar en Progreso y en algunos municipios cercanos, incluido Mérida, no solo de los tradicionales mazapanes sino de un sin fin de dulces creaciones que pueden alegrar desde una reunión familiar, hasta un gran evento.

Ya cuentan con redes sociales, y utilizan la tecnología, para poder cuidarse y cuidar a sus clientes, han econtrado en esta pandemia una forma muy bella de continuar unidos trabajando como familia, endulzando la vida de los demás.

Cabe mencionar que Tere es una muy buena maestra de repostería, ha compartido con niños y adultos sus conocimientos, pero sobre todo el amor por crear y deleitar los paladares de los más exigentes.

Teresita de Jesús Rodríguez Mena, nació con el don, desde pequeña soñó haciendo pasteles de lodo que tenía su propio negocio, y el destino le concedió lograrlo junto a su familia, ella asegura que no parará, y que continuarán luchando juntos hasta lograr tener el local que tanto anhela desde niña.

Su negocio está ubicado en el puerto de Progreso, en la colonia Ismael García, calle 29 #86B por 60A y 62, y pueden atender tu pedido en el 9995 09 98 11.

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