cometa Diablo y la lluvia de estrellas

Abril vino recargado de eventos astronómicos, además del eclipse tendremos el cometa Diablo y la lluvia de estrellas, además de la luna rosa

La bóveda celeste siempre nos ha maravillado por su inmensidad y sus misterios, este mes hemos tenido de todo, un eclipse solar, luna rosa y ahora el avistamiento del cometa Diablo y la lluvia de estrellas.

El Cometa Diablo se prepara para cruzar los cielos nocturnos del hemisferio norte en abril de 2024, coincidiendo de manera espectacular con la Lluvia de Estrellas Líridas.

Este fenómeno raro promete ser un espectáculo celestial imprescindible tanto para astrónomos profesionales como para entusiastas del cosmos.

Según el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), el apogeo de la Lluvia de Estrellas Líridas está previsto para el 22 de abril, aunque los meteoros podrán admirarse unos días antes y después de esta fecha.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destaca este evento como un despliegue luminoso resultante de la interacción entre los fragmentos cometarios y la atmósfera de la Tierra, aumentando el brillo del cielo nocturno de manera natural.

Para una observación óptima, se recomienda buscar locaciones alejadas de la contaminación lumínica, permitiendo una vista clara de este asombroso fenómeno.

Las Líridas harán su recorrido visible por la Tierra desde el 15 hasta el 25 de abril, dejando tras de sí una brillante estela que podría alcanzar hasta los 100 meteoros por hora.

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Antes de sumergirse en la experiencia astronómica, es aconsejable aclimatar la vista a la oscuridad durante al menos 30 minutos y evitar la luz directa de la Luna, que podría interferir con la visibilidad de las estrellas fugaces.

El Cometa Diablo, o 12P/Pons-Brooks por su denominación científica, alcanzará su máxima visibilidad el 21 de abril, justo antes del pico de la Lluvia de Estrellas Líridas, permitiendo a los observadores disfrutar de ambos fenómenos en una sola noche.

Su proximidad a la Tierra en junio de 2024, antes de continuar su largo viaje por el cosmos y no regresar hasta 2095, marca un hito importante para la observación espacial.

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